martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a los Reyes Magos con destino Paseo del Prado, 18, Madrid

Quería escribir la carta a los Reyes Magos enviándola a la Excma. Sra. Ana Mato, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, desde el respeto y la lealtad que me merece la nueva titular de esta cartera que muchos dudaban que se mantuviera como tal. La decisión de su no desaparición espero demuestre el especial interés que el Presidente Rajoy tiene por uno de los pilares fundamentales y básicos del estado del bienestar.

Todos somos conscientes a estas alturas de las limitadas competencias que el estado central mantiene en relación a la asistencia sanitaria, y más aún cuando el Ministerio no tiene ninguna en referencia a la financiación de nuestro Sistema Nacional de Salud. Cualquier discusión sobre este tema siempre ha tenido lugar en otro ministerio, bajo el paraguas del “Consejo de Política Fiscal y Financiera”, o en otros foros singulares como las dos conferencias de presidentes autonómicos que se celebraron bajo el mandato de Rodríguez Zapatero.

Competencias totalmente transferidas y casi nula capacidad financiera sobre el sistema sitúan al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en una difícil encrucijada. A pesar de esto, creo que en estos momentos de crisis extraordinaria, el papel del ministerio debería ser crucial para garantizar la sostenibilidad del sistema.

Es aquí majestades donde les pediría que traigan a la Señora Ministra capacidad de liderazgo fuerte.

Liderazgo entendido como crisol de voluntades compartidas por las 17 CCAA. Liderazgo desde el establecimiento de una trama de complicidades e intereses mutuos, desde la colaboración y la suma de voluntades. No se trata de establecer uniformidades, al contrario, desde la diversidad reforzar la cohesión.

Cohesión: palabra mágica que hemos escuchado hasta la saciedad en la última campaña electoral. Estoy por la cohesión entendida como instrumento de colaboración no impuesta sino como elemento aglutinador. No es algo que se irradia desde el Paseo del Prado hacia las sedes de las Consejerías, sino como la malla que hace posible un sistema que garantiza el acceso universal a las prestaciones establecidas por consenso en todo el territorio nacional, sin barreras, sin barreras, sin trabas administrativas como henos podido ver últimamente.

Una cohesión que hace posible la racionalización en la prestación de los servicios: colaboración y gestión compartida de determinados servicios de alta tecnología bajo los parámetros de excelencia, eficiencia y efectividad. Hemos de asumir que no todas las CCAA pueden tener o pueden prestar los mismos servicios. Hemos de detectar que masa critica les sustenta, cuales son los mas excelentes, coste efectivos y con resultados claros en salud, y suprimir o transformar los que no cumplan criterios que las sociedades científicas ya han establecido desde hace tiempo.

Cohesión, libre circulación, equidad y racionalización.

También quiero pedirles un esfuerzo para la reducción de costes. No es el momento de pedir más recursos. Hemos de ser más eficientes si cabe. Por eso es necesario asumir una reforma a fondo de la política de recursos humanos, empezando por una reforma del sistema estatutario que finalice con el paradigma que una plaza de estatuario es para toda la vida. Hay que establecer un contrato laboral como en cualquier empresa privada u otras instituciones sanitarias que ya funcionan con este sistema. Podemos hablar de promoción profesional y de la posibilidad de movilidad dentro del SNS pero siempre bajo la óptica de un modelo de RRHH más flexible, menos rígido y en el fondo más justo con los mejores profesionales que tenemos.

Hemos de dotar de autonomía de gestión a nuestros centros: hospitales, agrupaciones de centros de salud,  con contratos de gestión y rendición de cuentas por parte de los equipos gestores. Estoy por la despolitización de estos cargos, pero me inclino mas por la "accountabilty".

No podemos seguir engañándonos, necesitamos establecer algún tipo de copago.

Majestades ayúdennos a encontrar el mejor sistema, el mas equitativo, es que sea capaz de conseguir una mayor consenso entre todas las fuerzas políticas y agentes sociales. Es necesaria una mayor corresponsabilidad de los pacientes con el uso del sistema. Las medidas anunciadas por el ejecutivo catalán podrían resultar efectivas, hay que verlo, y considerarlo como una posibilidad.

Si no se establece el consenso necesario, estoy seguro que sus Majestades entenderán que desde un gobierno con mayoría absoluta es cuando pueden tomarse estas medidas.

Si que hay algo que ustedes deben solucionar: la deuda que el sistema viene arrastrando, y que se sitúa alrededor de los 20.000 millones de euros. Hay que buscar una salida porque están en peligro muchas empresas y el suministro de medicamentos y otros productos sanitarios imprescindibles para que nuestro sistema funcione.

Les pido una solución pero con una condición: solo podrán beneficiarse aquellas comunidades que asuman un drástico programa de reformas y una política de austeridad. La creación en el seno del Consejo Interterritorial de Salud de una Comisión de Vigilancia para el cumpliendo de los programas de ajuste, con la capacidad para gestionar estos fondos, podría ser una buena solución para este tema.

Les pediría muchas mas cosas, pero me consta que en un país al borde de la bancarrota, estarán ustedes muy ocupados.

Pero aprovechando de su conocida generosidad, solo me queda pedirles alguna cosilla más, que no les va a costar mucho dinero: la creación de un órgano de evaluación de las políticas sanitarias que se están ejecutando en el estado español. Tenemos mucho por contrastar y evaluar, con unos sistemas de información que son claramente mejorables. Tenemos a nivel del Ministerio y en muchas CCAA,  agencias de evaluación. Se trata de realizar un esfuerzo de integración y coordinación y posteriormente una externalización de este nuevo ente, para que se convierta en un organismo independiente, apartidista. Modelos ya existen fuera de nuestras fronteras, se trata de estudiarlos y ver como se pueden implantar con los recursos que ya tenemos.  

Me he dejado muchas otras cosas, pero no podemos apabullar a la nueva responsable del Ministerio estos primeros días. Tiempo tendremos para ir reflexionando sobre estos temas, aunque mucho me temo, al albur de lo que podemos leer día si y otro no, que es urgente la toma de medidas, la “sacudida” a un sector que habiéndosele dotado en los últimos años de muchos mas recursos económicos, no ha sabido gestionarlos con responsabilidad o visión de futuro, orientando el sistema hacia nuevas necesidades y paradigmas.

El incremento del gasto sanitario en España en los últimos años ha sido muy importante, pero tengo mis dudas que hayamos usado correctamente estos recursos.

Majestades, habréis visto como no he mencionado para nada a la industria farmacéutica. Desde hace meses está recibiendo carbón a diestro y siniestro. Quizás seria bueno que tuvierais presente que no son los que se han portado peor en los últimos años, y que además  queremos tener una industria mínimamente innovadora necesitan ahora el cariño de Melchor,  Gaspar y Baltasar.

También quiero recordamos que nuestros profesionales sanitarios son el pilar fundamental del sistema. No merecen carbón, sino todo lo contrario, respeto y reconocimiento, y hacerles participes de las políticas sanitarias que ahora la nueva Ministra va a liderar a través de vuestra generosidad.

En todos los centros sanitarios encontrareis agua y pan para vuestros camellos. Dejadnos pues esperanza. Los que trabajamos desde todos los ámbitos de este sector la necesitamos, pero más  la necesitan los pacientes, sus familiares, los seres mas vulnerables de nuestra sociedad. Confió en ustedes Majestades.

 Madrid 27 de diciembre de 2011








martes, 29 de noviembre de 2011

El nuevo "Pla de Salut de Catalunya 2011-2015"

Reinicio este blog tras un largo paréntesis que ha roto mi auto-compromiso de aparecer por aquí con cierta regularidad. He estado bastante liado en el trabajo y han pasado muchas cosas estas últimas semanas -la más importante sin duda, las elecciones del 20 N, que me han dificultado encontrar un momento sereno para escribir.

Pero ya estoy aquí, motivado por el acto de presentación del "Pla de Salut de Catalunya 2011-2015" (PS) que presidido por el President Mas, se celebró el pasado sábado en Sitges y al que acudí invitado por el Conseller Boi Ruiz.  Lleno absoluto en el Hotel Meliá y expectación ante los discursos del Consejero y del President.

La Consejería ha elaborado este nuevo PS bajo unos criterios distintos a los anteriores, y creo que ha conseguido en un tiempo récord un plan novedoso que es una mezcla de "Plan de Servicios Sanitarios y Socio-sanitarios" y "Plan de Salud". El resumen que hicieron los máximos responsables del Departamento vislumbra un documento que puede resultar muy útil dada la situación de crisis, insuficiencia de recursos y nuevas necesidades asistenciales. Se vertebra a través de tres ejes principales: Programas de Salud, Transformación del Modelo Asistencial y Modernización del Modelo Organizativo, nueve grandes líneas de actuación y 29 proyectos estratégicos.

Lo cierto es que con crisis o sin ella, el PS es el instrumento por excelencia de planificación y ordenación sanitaria. En estos momentos tiene un valor añadido ya que se convierte en la clave y la base para llevar a cabo las reformas necesarias en el sistema. No estamos ante una situación coyuntural -lo he dicho en anteriores ocasiones. La crisis es estructural en el sector sanitario, y se ve agravada por la crisis económica. Los cambios demográficos y epidemiológicos, la irrupción de las tecnologías de la información y comunicación o el cambio en las expectativas de los ciudadanos son algunos de los elementos que necesitan una transformación del sistema de salud vigente hasta ahora.

Parece que existe un amplio consenso en que "hay que ver la crisis como una oportunidad" o al menos todo el mundo enfatiza esta frase. Viendo la  caótica situación económica y financiera del sector sanitario, se hace presente el "ahora o nunca", si no queremos llegar a un colapso total del sistema. En Catalunya ya se ha vivido una situación extrema que ha comportado el establecimiento de una política de austeridad y recortes nunca vista. Si es cierta y parece que lo es, la cifra de 20.000 millones de euros de deuda sanitaria del SNS, no hay duda que estamos ante la peor situación que ha vivido la sanidad española en los últimos años. Siempre hemos padecido una insuficiencia de recursos, pero la situación de la economía en su conjunto era muy distinta a la actual. Entonces crecíamos, ahora no.

La sucesión de elecciones municipales y autonómicas y las generales, han supuesto un paréntesis en el conjunto del estado español para abordar este gravísimo problema. Catalunya, que celebró las elecciones autonómicas hace un año, ha tenido que aplicar con anterioridad unas políticas de ajuste que han puesto el sector en tensión durante estos últimos meses, mientras otras CCAA han seguido practicando la política del avestruz para no dañar sus particulares intereses políticos a la vez que dejaban de pagar a proveedores y oficinas de farmacia. Esta situación va a cambiar una vez tome posesión el nuevo Gobierno del Partido Popular, ya que casi nadie pone en duda que habrá que tomar medidas severas para el control del gasto y acometer reformas en el sistema, en paralelo a la búsqueda de una solución para la abultada deuda sanitaria.

Pero volviendo al acto de ayer, unas anotaciones. Intervino en primer lugar Josep María Via, que fue presentado como el responsable del primer PS hace ahora 20 años. Por lo que pude oír ni Trias, Pomes, Marina Geli  o yo mismo, fuimos capaces de hacer lo que teníamos que hacer,  gestionamos en definitiva de espaldas al PS. No hicimos los deberes. La verdad es que con ciertas personas no es difícil asombrarse.  Lo que no escuche fue la más mínima referencia al auténtico "padre" del primer PS: el Profesor Lluís Salleras,  Director de Salud Pública con Trias, Pomes y conmigo, buen amigo y excelente colaborador. Salleras es uno de los "salubristas" más reconocidos de los últimos años en el estado español. Toda una autoridad es esta materia que impulsó en Catalunya las políticas de la OMS en el ámbito de la prevención y promoción de la salud bajo el lema "Salud para todos en el año 2000" con Xavier Trias como Consejero. Él y un equipo potente de colaboradores, consiguieron que fuéramos pioneros en muchos ámbitos de la salud pública, bajo una óptica académica y no partidista. Fuimos la primera comunidad autónoma que erradicó el sarampión por ejemplo, o la que impulsó con fuerza la “dieta mediterránea”, por no hablar del impulso en la lucha contra el tabaquismo o la obesidad. Fue una lástima que Salleras no estuviera presente en el acto, porque hubiera sido una ocasión ideal para agradecerle sus servicios a la Administración sanitaria durante más de una década.

Boi Ruiz ratifico las grandes líneas del PS y puso énfasis en la importancia del mismo, en la necesidad de que se aun plan de todos y para todo el sector, y agradeció los esfuerzos realizados en el cumplimiento de la disciplina presupuestaria de este 2011.

El Presidente Artur Mas hizo la clausura del acto ratificando la necesidad de llevar a cabo una estricta política de austeridad, si lo que se quiere es salir de esta situación y salvar la calidad y la equidad del sistema. Fue un discurso realista, audaz y con pocas concesiones, muy en la línea que ha marcado el President desde que tomo posesión de su cargo. "Nada volverá a ser como antes" dijo el President y es bien cierto. Hemos vivido en los últimos años claramente por encima de nuestras posibilidades y ahora nos damos cuenta que no podemos financiar lo que tenemos.

Hay datos que  llaman la atención, aunque las cifras siempre pueden ser rebatidas, pero son las que hay. El gasto sanitario en España se incrementó más del 60% entre en 2003 y el 2009 (en euros constantes), muy por encima del crecimiento del PIB. Crecimos pues de una manera extraordinaria, pero dada la situación actual, queda por ver si este aumento de los recursos se utilizó de manera racional y eficiente. El sistema sanitario es muy voraz. La oferta genera demanda, de aquí la necesidad de gestionar en base a las necesidades de salud de la población, y no a otros intereses.

El PS 2011-2015, después de analizar a grandes trazos los condicionantes del estado de salud de los ciudadanos de Catalunya, contiene directrices que parecen ir en la dirección correcta, contemplando políticas de “salud y de servicios” que necesitan la implicación de los profesionales sanitarios y los ciudadanos, y que van a requerir un amplio consenso entre todos los agentes implicados. Se trata ahora de pasar de la palabra a los hechos, como dijo el Consejero Boi Ruiz.

En los últimos meses se ha visto que Boi Ruiz es un hombre valiente que no se amedrenta fácilmente. Falta ahora que el engranaje ruede en la dirección correcta, y que lo haga con pocos chirridos y con la velocidad adecuada. Aquí este PS es, como decía anteriormente la clave que garantizara la equidad y la calidad del sistema. Si Catalunya marcha en la dirección correcta, recuperará el liderazgo en materia de gestión sanitaria.

Aunque me separen 600 Kms. de la realidad y el quehacer diario del sistema sanitario catalán, ofrezco desde aquí mi humilde colaboración, “todo el mundo merece una segunda oportunidad”.

Madrid, 28 de noviembre de 2011





domingo, 16 de octubre de 2011

La sanidad en una encrucijada

Transcribo el artículo con el titulo que aparece en el blog, que hoy ha publicado "La Vanguardia", y quiero agradecer desde aquí a su Director, Josep Antich, la amabilidad que ha tenido conmigo.


Existe un amplio consenso en admitir que uno de los avances más notables del siglo XX en el ámbito de la solidaridad y equidad, ha sido la configuración de un sistema universal de salud después de la segunda guerra mundial. Este logro es hoy cuestionado por la evidencia que no es sostenible en su actual configuración. La crisis no es sólo del sistema sanitario, pero le torpedea de manera brutal.  
Está en juego la supervivencia del sistema, tal como apuntaba hace unos días un editorial de este periódico, que hablaba de “cambio de paradigma”: un incremento espectacular de la esperanza de vida con unos extraordinarios avances tecnológicos y terapéuticos que proyectan una “quasi” inmortalidad del ser humano, con costes difícilmente asumibles para las finanzas públicas. Aunque me pese, es probable que este nuevo paradigma se defina por la existencia de una medicina para unos pocos, y otra para la mayoría, que es la que hay debemos preservar: la que nos garantiza un acceso universal a unos servicios de calidad y el mantenimiento y mejora de unos niveles óptimos de salud.
Nuestro sistema sanitario será sostenible en función del alcance, organización y recursos económicos que queramos destinarle, bajo la premisa y el compromiso de una gestión eficiente y de una ordenación y uso racional de los recursos asistenciales.
Compete a las administraciones públicas fijar el techo del gasto en función de una política fiscal y de la priorización en la toma de decisiones: ¿aeropuertos sin aviones u hospitales con enfermos? Corresponde a la ciudadanía leer la letra pequeña de los programas electorales y dilucidar cuáles son los intereses de la clase dirigente y esperar que lo prometido se aplique con ética y eficiencia.
Las políticas de salud no son solo asistenciales, por eso es absolutamente necesario reforzar la prevención y promoción de hábitos saludables, teniendo en cuenta otros aspectos: medioambientales, educación, etc. Hay que exigir rendición de cuentas a todas las instituciones sanitarias y a sus órganos de gobierno. Menos burocracia y menos tecnocracia. Los hospitales han de constituirse en empresas que sean capaces de dar resultados en salud, pero con cuentas claras y transparentes. Y aplicar los avances terapéuticos que sean efectivos y basados en la evidencia científica. Y el paciente ha de tener el derecho a escoger.
Esto hay que trasladarlo a todos los niveles asistenciales con una política de recursos humanos que rompa las actuales rigideces, que haga posible que los profesionales sanitarios asuman el protagonismo principal y el que les corresponde, pero también la cuota de responsabilidad que su función conlleva. Se debatió mucho la reforma laboral, pero se quedó en las puertas de la administración pública. Soy de los que piensa que sanidad pública y la iniciativa privada se complementan y pienso que hay que profundizar en este camino.
Se habla de abuso por parte de los ciudadanos. Se les culpabiliza de un mal uso de los servicios asistenciales y de acumular docenas de medicamentos. Y esto ocurre en algunos casos, pero compete a quién tiene la responsabilidad de gestionar el sistema y a los médicos y enfermeras, educar, informar y dirigir al ciudadano al mejor y más eficiente recurso. Ante un envejecimiento notable de la población, el sistema continúa orientado al enfermo agudo, no al paciente crónico. Y hemos de transmitir que todo lo que hacemos tiene un coste y que existen unas limitaciones que hay que respetar.
Quizás sea entonces cuando entendamos que además de nuestros impuestos es necesario algún tipo de copago para que el sistema sea sostenible, respetando al máximo la equidad. Existen mecanismos para preservar principios irrenunciables. No digo que ésta sea la solución a todos nuestros problemas, pero es una pieza más en la transformación del sistema. Hay quién dirá que no es el mejor momento, y es cierto, pero la situación es grave.
Hay muchas más cosas que hacer y sacrificios que asumir. En definitiva se trata de transformar el sistema de la mano de los profesionales sanitarios con la mirada puesta en el paciente y en el conjunto de toda la sociedad. La crispación existente en estos momentos ante la política de recortes en algunas CCAA y el enfrentamiento político no nos llevará a ninguna parte. Ahora toca ser suficientemente generosos y capaces de entender “la mayor”: preservar las bases de un sistema sanitario universal y de calidad.

16 de octubre de 2011



miércoles, 28 de septiembre de 2011

Apuntes Biográficos, 3

Enero de 1996. Los Consejos de Dirección del Departamento acostumbraban a celebrarse los lunes. Durante el fin de semana la prensa se había hecho eco de ciertos rumores sobre posibles cambios en el recién estrenado Gobierno del President Pujol, y se apuntaba que Xavier Trias podría ocupar la Consejería de Presidencia. Acudimos pues a la reunión con cierta desazón. Trias hizo una alusión velada a la situación, como queriendo expresar que pasara lo que pasara las riendas de la Consejería quedarían en buenas manos, y no se producirían grandes cambios, ya que la hoja de ruta estaba bien marcada. Se dirigió varias veces al Secretario General, Josep Arques, alabando el trabajo que había realizado, y sin decirlo, más de uno interpretó que estaba señalando a su sucesor.
Cuando llegué a Tarragona -yo en aquel momento ejercía de Delegado Territorial del Departamento en aquella demarcación, y era a la vez Gerente de la Región Sanitaria, los informativos de la radio daban por hecho que Trias iba a ser nombrado Consejero de Presidencia. La verdad que la noticia me produjo preocupación y tristeza. Llevaba trabajando con el Consejero desde 1988, y me sentía muy a gusto con él y con el equipo que le rodeaba. En política, un cambio de estas características te puede afectar cuando ocupas un cargo de confianza, por lo que mi futuro quedaba en "entredicho" cuando me fui a dormir.
El martes la prensa escrita confirmaba la noticia y ya se hacían "quinielas" sobre quién podría ser su sucesor. Creo que fue La Vanguardia dónde se publicó mi nombre conjuntamente con el de Arqués y Josep María Vía. La verdad es que al leerlo ya me empecé a poner nervioso, tenía poco sentido, al menos para mí, que estuviera en una "terna". Yo no era un político de peso, no pertenecía a ninguna "familia" ni grupo de poder dentro de CDC y tampoco tenía "padrinos" ni me había movido o maquinado entre bastidores para llegar donde estaba. Además, lo que se llamaba por aquel entonces el cupo territorial de los gobiernos del President, estaba ya cubierto con Joan María Pujals que era de Vilaseca, ocupaba la cartera de
Educación, y era un hombre con mucho poder en el partido en nuestras comarcas, y poco dispuesto a perder protagonismo. Parecía pues extraño que yo estuviera en una lista y que fuera mejor que otros compañeros del equipo u otra gente del sector que no aparecían en la terna.
Si dijera que nunca había pensado que podría llegar a ser Consejero mentiría. Todos tenemos nuestros momentos de cierta egolatría, pero no era más que un sueño, ni siquiera una aspiración y nunca lo valoré como una posibilidad, por algunas de las razones que ya he comentado.

Tuve algunas llamadas, que incrementaban mi grado de zozobra. Aquel martes me quede a dormir en Barcelona, y recuerdo haber dormido fatal y muy intranquilo.
El miércoles la prensa hablaba menos de los posibles sucesores, y casi se daba por seguro que Arques sería el sucesor. Era evidente que en las próximas horas algo se sabría. Trias me llamó a media mañana. Corazón a cien y las miradas de reojo de la gente que tenía a mí alrededor cuando me dirigía a su despacho. Me encontré en las escaleras a Josep María Bertran, Presidente del Colegio de Médicos de Tarragona, y Senador por CiU. En seguida me trasladó que él era uno de los candidatos, sin que se lo hubiera preguntado. Bertran era un hombre peculiar, y no era raro en el este tipo de comentario.
Cuando hable con Trias, me dijo que ciertamente mi nombre estaba encima de la mesa del President, pero que no me podía decir más por el momento.
La verdad es que me quede aún más preocupado. Lo que me había parecido un rumor sin fundamento parecía tener cierta validez, y ya me entraban dudas por todas partes. Pasó el día con rumores de todos los tipos.
El jueves quedamos para almorzar con Trias. Comimos en el Real Club de Tenis en Pedralbes. Trias no lo daba por hecho, pero me fue hablando como si la decisión estuviera ya casi tomada. A las seis del tarde, Rosa, una de mis secretarias, me dijo que había llamado la secretaria de Trias y que tenía que ir al Palau de la Generalitat. Llame a mi mujer para comentarle la situación. Estaba muy nervioso.
Traspasé la puerta de Palau con un sentimiento de solemnidad y con el corazón en un puño. Trias me recibió y me dijo que esperara en el despacho que después él ocupó como Consejero. Una secretaria me ofreció agua, y sentado en un sofá, fue pasando el tiempo.
Creo que pasaron dos horas que se me hicieron eternas. Llegué a pensar que el President había cambiado de idea. Hasta llegue a tener la sensación que me estaban observando por alguna cámara oculta y me eche a reír, aún no había conseguido hacerme una composición de lo que me estaba ocurriendo, de cómo mi vida iba a cambiar de una manera radical. Podía pasar a servir a mi país desde una de las más altas responsabilidades que un nacionalista puede sentir, e iba a hacerlo al lado de un hombre singular, extraordinario, irrepetible, un auténtico estadista de una nación sin estado.
Finalmente entró Pujol y no paro de hacerme preguntas. Iba de un lado para otro del despacho. La decisión estaba tomada y faltaba mi aseveración. Entre todas las cosas que me dijo, recuerdo perfectamente esta cuestión: "¿ya sabes, que tu no vas a tener dinero, no?". Yo le respondí afirmativamente, enfatizando que este discurso es el que ya había aprendido y palpado con Xavier Trias. Se trataba pues de continuar la labor de mi antecesor y hacerlo con lealtad. Me comentó que al salir debería hacer unas declaraciones a los medios de comunicación y fue así como me convertí en el cuarto Consejero de Sanidad de la Generalitat restablecida.
Conservo la corbata que llevaba aquel día, roja con unas raya blancas y negras. Puedo sentir aún la sensación de ilusión y a la vez de angustia ante una responsabilidad como la que había acabado de asumir con la aceptación del cargo. Me sentía humilde y a la vez entusiasmado, afortunado, como si hubiera llegado definitivamente a la cima. También inseguro, con decenas de interrogantes en mi cabeza. ¿Tenía la capacidad para ejercer de Conseller, sabría hacerlo? ¿Estaría a la altura? ¿Iba a afectar mi vida privada aquella decisión? Había tenido un gran maestro, se trataba de seguir sus enseñanzas, conservar el equipo, y entregarme en cuerpo y alma.
La vuelta a casa fue un no parar de responder y hacer llamadas.
Mi hijo no acababa de situarse después de haberme visto por televisión. Su primera expresión fue la de preguntarme si siendo Consejero podríamos ir a ver los partidos del Barça!!.
Reconozco que ha sido un prólogo intenso para lo que quería resaltar en este Apunte Biográfico: ya en 1996 la sanidad sufría problemas financieros importantes de insuficiencia presupuestaria y deuda acumulada. Viendo no obstante la situación actual tengo que reconocer que en poco se le parece.

Era verdad que no teníamos recursos, pero el país funcionaba bien y la economía crecía, y creció después espectacularmente, y a pesar de la insuficiencia los presupuestos crecían -poco, pero no hubo que hacer recortes espectaculares como los que estamos viendo. Si es cierto que se maquillaban las cifras, estábamos ya bajo los compromisos de Maastrich y la capacidad de gestión -lo que se llamó en aquel momento "contabilidad creativa", cada vez era más difícil. La relación con el Departamento de Economía no iba a ser fácil, y siempre estuvimos en un tira y afloja.
Siempre he tenido la sensación que era el Conseller del "no" ya que pocas veces contestaba afirmativamente a las multiples peticiones a los que me pedían un nuevo centro de salud o un hospital. A pesar de esta situación se hicieron muchas cosas, y después de siete años, me fui muy satisfecho de lo que habíamos conseguido hacer.

Me considero continuador de una labor y de una manera de hacer política que había instaurado mi predecesor, pero también protagonista de muchas otras actuaciones nuevas que no estaban planificadas con anterioridad. Trate de imprimir mi carácter al equipo de colaboradores. El sector sanitario en Catalunya es complejo por su diversidad, y solo tejiendo complicidades se puede avanzar. La cuestión es si esto es posible en un panorama como el actual.
Mi primer discurso oficial lo hice en un pueblecito de la provincia de Girona, inaugurando un consultorio municipal, tuve que improvisar naturalmente, pero había acompañado a Trias tantas veces en este tipo de actos que el guión casi me lo sabía de memoria.
Mi primer nombramiento fue el de Pau Villoria, como jefe de Gabinete, tengo que agradecerle muchas cosas, pero la más importante la fidelidad. Pau ha seguido en la política activa desde entonces ocupando ahora el cargo de Secretario General del Departamento de Obras Públicas, Territorio y Medio Ambiente.
De aquellos días hay dos momentos que recuerdo con especial emotividad por la solemnidad que impregnaron en mi persona: el de la toma de posesión, con el apoyo de la familia y de los amigos, y otro, el momento en que entré por primera vez como Consejero en el Parlamento. Quizás fuera el saludo de los Mossos de Escuadra, o el pisar la alfombra roja que lleva al Salón de Plenos. Creo que no, fue la sensación de entrar en lo que es y debería ser el corazón de un estado democrático, de donde emana el pulso que hace posible la vida política y en buena parte social de un país. Noté como si fuera depositario de una voluntad popular. Sonará altisonante, pero yo lo sentí así, y siempre intente no faltar a este compromiso. Por desgracia la realidad de la política es otra en este momento, pero también es cierto que es lo único que tenemos para que la sociedad sea más justa y solidaria.


28 de septiembre de 2011

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1996/01/13/pagina-13/34505000/pdf.html


lunes, 19 de septiembre de 2011

La "vuelta"

He de confesar que la vuelta a la rutina diaria, ha sido más difícil que otros años. Quizás porque dos semanas no son suficientes para “recargar las pilas” o porque no fui capaz de desconectarme de las noticias sobre las turbulencias financieras que estaban azotando en pleno mes de agosto a los mercados bursátiles y a la maltrecha economía española, intentando vislumbrar de qué forma o con que intensidad todo lo que estaba pasando iba a afectar a nuestro entorno y  trabajo.  Me incorporé con un viaje a Canadá para visitar las obras del Hospital de Fort Sant John que estamos construyendo -aire fresco y país con un 4% de paro, y ya de vuelta en Madrid, la situación seguía y sigue preocupante, un día sí y otro también.
He estado perezoso y ciertamente preocupado, y por todo esto re-emprender mi auto-compromiso con mi blog no ha sido tarea fácil. Pero bueno, “aquí estoy”, pero “quizás no se me espera”…
De lo más destacado de estas últimas semanas en relación al mundo sanitario ha sido y es el tema de la deuda sanitaria que afecta a la mayoría de las CCAA. Empezó por Cataluña, con el anunció de un Plan de Recortes antes de las elecciones municipales y autonómicas, y ha seguido, como era de esperar, con auditorias y afloración de las facturas y deudas de las CCAA que han cambiado de color, y que según algunas fuentes –entre ellas la de Ana Pastor, sitúan en 9.000 millones de euros.
Una de las noticias más contundentes sobre la real situación en la que nos encontramos ha sido la deuda que el nuevo Gobierno de Castilla La Mancha ha tenido que afrontar  con las farmacias de esta Comunidad, y que provocaron una de las primeras huelgas de este sector que yo sepa. Es solo la punta del “iceberg” de una situación explosiva, que en los próximos meses va a poner al sistema lo que se dice literalmente en la “picota”.
Ayer mismo, el diario “El País” publicaba que la multinacional Roche había dejado de suministrar citostaticos a los hospitales  griegos, por lo que los pacientes en tratamiento antitumoral tenían que adquirir los medicamentos en las farmacias y pagarlos de su bolsillo. No es el único laboratorio que emprende una medida de estas características. Según el mismo periódico Novo Nordisk y Leo Pharma ya retiraron fármacos de Grecia por los recortes.
Hace un par de semanas en un evento que se celebró en Madrid sobre la “Sostenibilidad del Sistema Sanitario” organizado por el sindicato  AMYTS, un alto ejecutivo de Roche me comentó que hay CCAA que les adeudan facturas de más de dos años. Mientras esto pasa, en el debate que se suscitó tras las intervenciones de los ponentes de la mesa redonda, los facultativos continúan reclamando mejoras salariales, reconocimiento de carrera profesional, y la consolidación estatutaria de las plantillas.
La noticia publicada este domingo y que he comentado anteriormente sin supongo pretender ser “alarmista”, llega tarde –se entiende dada la fuente y que la mayoría de las CCAA estaban gobernadas por el PSOE, pero es la constatación que estamos al borde del abismo. La equidad en nuestro sistema se está rompiendo, sin que los dos grandes partidos políticos quieran admitirlo y continúen utilizando la sanidad cual dardo envenenado para matar al contrario. Nadie está a la altura de las circunstancias, y ahora menos, ya que estamos sumidos ya en una campaña electoral innecesariamente larga, y que podríamos resumir en “nosotros si defendemos las políticas sociales” (PSOE) frente al “nosotros si las defenderemos” (PP).
A los primeros ya los conocemos: lo han recortado todo empezando por las pensiones. Los segundos lo están haciendo en las CCAA en que están gobernando –no les queda otro remedio, lo que ofrece al votante en este ámbito pocas opciones, por no decir ninguna, si no es la de ahorrar para irse pagando los medicamentos que no podrá obtener de la sanidad pública.
Me entristece decirlo, pero dada la crítica situación que vive nuestro país, no veo políticos con suficiente calidad ética y moral para enfrentarse a la realidad, y ejercer un liderazgo que la sociedad necesita. Y hablo, no de conocimiento ni de capacidades. Hablo de ética y de moral. Porque solo bajo estos principios se puede decir la verdad y gestionar la realidad. Y por crudo que sea, eso es lo que hay, por lo que tendremos que movilizarnos desde la sociedad civil –y no hablo de movimientos como el 15-M, hablo de colectivos como los profesionales sanitarios por ejemplo, que tendrán que implicarse en la gestión del sistema, más allá de lo que son sus derechos laborales, o de las universidades, para hacer posible que dejando de lado la batalla partidista, seamos capaces de avanzar en la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario.
Asistí el lunes de la semana pasada a una mesa redonda organizada por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) aquí en Madrid. Tuve como compañeros de mesa a Enrique Castellón, ex subsecretario del Ministerio de Sanidad con le Ministro Romay Becaria, y a Francisco Revilla, ex Consejero de sanidad de Asturias con el PSOE. Mi buen amigo Julio Villalobos puso en la mesa tres preguntas: ¿Es sostenible el SNS?, ¿Se puede gestionar este Sistema?, y la última ¿Cuáles son sus recetas para garabntizar esta sostenibilidad?
Como pueden ver, fáciles preguntas con respuestas difíciles, en especial la tercera cuestión planteada. Como que ninguno de los ponentes tenemos ahora responsabilidades políticas se pudo hablar con cierta libertad, y allí quedaron nuestras recomendaciones: en el limbo de los justos.
Tendremos ahora la oportunidad de leer y analizar los programas de los partidos políticos. Allí veremos las “recetas” para esta situación. Espero que veamos luz, y no tinieblas, aunque mucho me temo que será difícil vislumbrar las voluntades reales de los partidos que concurren a estas elecciones generales. Tendremos tiempo de analizarlo, pero como dije antes, no se me ocurre dejar solo en las manos de los políticos, todo lo que hay que hacer para la darle la “vuelta” al  sistema.
Buen retorno!!
19 de septiembre de 2011

lunes, 25 de julio de 2011

Desazón

La primera reunión del Consejo Interterritorial de Salud tras las elecciones del 22-M, con solo dos consejeros socialistas sentados en la mesa, se saldó con unas medidas dirigidas a disminuir el gasto farmacéutico por enésima vez, lo que viene a demostrar dos hechos irrefutables: por un lado que da la impresión que todas las medidas que cada cierto tiempo vienen aprobándose en este sentido son equivocadas, ya que deben revisarse continuamente, y por otro lado, que a la hora de afrontar con seriedad la sostenibilidad del sistema, los Consejeros de Sanidad en lo único que parece que se ponen de acuerdo es en medidas para rebajar la factura farmacéutica, como si fuera esta partida "la madre de todas las batallas", no ya en la contención del gasto, sino la única reforma estructural que el sistema necesita para afrontar la grave crisis financiera en la que se halla inmerso.
Resulta paradójico por otro lado, que sea con una mayoría del PP en el Consejo, y bajo una Ministra del PSOE, que se llegue a un acuerdo de estas características. La política farmacéutica parece no tener "color" en este país, cosa que seria de agradecer si realmente esto fuera el resultado de una despolitización total de la gestión sanitaria. Pero mucho me temo que no es así.
En mi opinión queda patente que los dos partidos mayoritarios no tienen una política farmacéutica clara a medio y largo plazo. A corto la tienen -a los hechos me remito, y estrictamente coyuntural. A largo, lo dudo. De poco le sirve a la patronal farmacéutica hacerse fotos con la Ministra y mostrase tan sonrientes un día si y otro no, cuando pocas semanas después parece que lo tratado en tan importantes y publicitadas reuniones queda en "agua de borrajas". Tampoco parecen efectivas las reuniones con el PP, cuando días después sus consejeros asumen sin crítica las propuestas del Ministerio sin plantear otras medidas en otros ámbitos de la gestión sanitaria. Y aquí tengo que incluir también a CiU o a Coalición Canaria.
Si por un lado me parece como he dicho anteriormente, que tomar una medida detrás de otra solo para contener el gasto farmacéutico, viene a demostrar improvisación y falta de una autentica visión a largo  -que  deja de lado el valor de una industria como la farmacéutica, innovadora y con fuerte implantación en el país,  por otro me parece que el mensaje que se está dando a la ciudadanía es completamente perverso: "no os preocupéis por nada, aquí los malos son los laboratorios farmacéuticos que ganan mucho dinero, y podemos ahorrar muchos millones de euros, no hace falta que reformemos otros aspectos del sistema sanitario, tranquilos que con esto ya se resuelve todo"...
Que quede claro que no tengo intereses particulares en la industria farmacéutica ni represento a los boticarios. Me preocupa y mucho que siempre vayamos en la misma dirección y que lo hagamos sin una visión global de este sector. Y me preocupa mucho más que no exista un posicionamiento político contrastable entre los diferentes partidos políticos, lo que no significa que necesariamente tenga que existir una política de "izquierdas" o de "derechas" cuando se aborda el uso racional del medicamento, no es eso. Pero  no soy capaz de contemplar una política en este ámbito aislada de la política sanitaria global y es aquí donde me gustaría ver i oír posicionamientos claros, razonados, valientes y no demagógicos.
Otra guinda del Consejo que me produce desazón son los 8.000 millones de euros que se sacó de la manga el candidato Perez Rubalcaba y que algún incauto creyó que seria una partida extraordinaria para financiar la sanidad. Y por lo que hemos visto, y como ya lo anuncie en el blog del pasado 8 de mayo. Se trata de una partida que el Estado debe a las CCAA dentro del marco del actual sistema de financiación y a la que el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, pretende darle un carácter finalista, siendo un tema que debe tratarse además en otro foro: el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde no están representados los consejeros del ramo. A eso se le llama multiplicar los "panes y los peces", porque otra cosa, yo no soy capaz de verla.
Me preocupa también según han reflejado los medios de comunicación, el poco debate que suscitaron tales anuncios en este Consejo que para mi era trascendental, ya que dados los cambios que se han producido en muchas CCAA, era una ocasión de oro para poner encima de la mesa las políticas alternativas que el PP piensa aplicar de aquí unos meses cuando le corresponda presidir uno de los instrumentos políticos fundamentales para la gestión y coordinación de las políticas gubernamentales en materia de sanidad, como es este Consejo del Sistema Nacional de Salud.
Por lo que vimos, la consigna parece clara, “poco ruido y pocas nueces”, que las elecciones están a la vuelta de la esquina, y no se trata de asustar al personal.

Mientras tanto las noticias de impagos e incremento de la deuda, empeoramiento de la asistencia sanitaria con un notable incremento de las listas de espera o decenas de proyectos parados van apuntalando lo que ha sido uno de los mejores sistemas sanitarios  del mundo. Me pregunto si tendremos tiempo de recuperar el tiempo perdido o si seremos capaces de encontrar el camino.

Lo he expresado con anterioridad: soy un escéptico nato sobre la posibilidad de llegar a grandes acuerdos en este ámbito, escepticismo adquirido después de tantos años de trabajar en el, gestionarlo, observarlo y participar ahora desde un ámbito muy particular y secundario. Pero de escepticismo no se viva, y tengo que hacer un esfuerzo para vislumbrar no “el” futuro, sino “un” futuro.
Quizás la respuesta la tendremos dentro de pocos meses. Ojala!!. No obstante yo me quedaría más tranquilo si ya pudiéramos conocer como va a enfocar estos temas el PP, ya sea solo o acompañado. Al menos eso nos sacaría de la incertidumbre y nos daría –eso espero fervientemente, optimismo y esperanza. 
Eduard Rius, 25 de julio de 2011









domingo, 17 de julio de 2011

Apuntes biográficos, 2. Xavier Trias

En 1983 me afilie a CDC "apadrinado" por Miquel Roca y Carlos Carcolé, primo hermano de mi suegro, y una persona extraordinaria a la que aprecio mucho, así como a su esposa Teresa Batet. Fue una decisión pensada. Estaba convencido que se podían hacer muchas cosas desde la política y Convergència se adaptaba a mi manera de ser. Por aquel entonces, era más nacionalista que independentista. Siempre me he considerado una persona progresista y abierta, y socialdemócrata, pero no me veía ni en el PSOE ni en
el PSC que aunque fueran un solo partido las diferencias entre "ambas facciones" eran muy notables en aquella época. Fue a través del Comité Local que empece mis humildes pinitos en política. Y es aquí por donde quiero empezar mis apuntes biográficos, después de haber hablado del final de mi vida política en el Apunte anterior.
En 1988 fuí elegido responsable de la Sectorial de Sanidad de CDC en las comarcas de Tarragona, en sustitución de Francesc R. Duch, compañero y colega -"medico titular" en Espluga de Francolí, y en noviembre de este año fuí nombrado Delegado del Departamento de Sanidad en la demarcación de Tarragona en sustitución de Antoni Duran. Fué de la mano de Trias que hice el paso de la asistencia a la administración y a la política más activa. Trias había sido nombrado consejero en sustitución de Josep Laporte, y estaba perfilando su equipo. Nos conocíamos de la Sectorial de Sanidad y compañeros del partido en Tarragona le habían hablado de mi. Fue por una decisión de Trias que mi vida cambió por completo. No me arrepiento de haber tomado aquella decisión en la que influyó mucho Cristina, mi mujer, como ya comenté en mi primer Apunte. Estaba un poco "quemado" en el hospital y pensamos que un cambio no me iría mal, aunque ganara menos dinero.
Trabaje con Trias ocho años, ocupando diversos cargos de responsabilidad. Durante todo este tiempo, le fui conociendo y fui partícipe de muchas de las iniciativas que se llevaron a cabo en aquel periodo, y es por eso que me ha parecido oportuno hablar de el, ahora que ya es Alcalde de la ciudad de Barcelona y que durante mucho tiempo ha sido un referente en la política y en la gestión sanitaria.
Cuando conocí por primera vez a Xavier Trias en 1986, yo ejercía de nefrólogo en el Hospital Santa Tecla de Tarragona. Lo habíamos invitado para que diera una conferencia sobre sanidad como Director General de Ordenación y Planificación Sanitaria. Estábamos en pleno Plan de Reordenación Hospitalaria, y un centro como el nuestro buscaba su espacio en la ciudad y su zona de influencia, ya que existía otro hospital transferido de la Seguridad Social -el Hospital Joan XXXIII, más importante que el nuestro que necesitaba una reforma y ampliación. Trias nos tranquilizó, no íbamos a desaparecer como hospital de agudos, formaríamos parte de la XHUP, la Red Hospitalria de Utilizacion Publica. Estaba convencido de lo que decía cuando hablaba, se le notaba en su manera de exponer los planes del Departamento y de las reglas del juego que iban instaurándose para dar forma al "modelo sanitario catalán". Llevaba ya un cierto tiempo en el equipo del Conseller Josep Laporte, y se apuntaba que en su día podría ser su sustituto. 
La segunda vez que me encontré con él en privado ocupaba el cargo de Gerente del Instituto Catalan de la Salud, y le visitamos con unos compañeros de CDC para hablar del Pius Hospital de Valls. Recuerdo muy bien que no paraba de mover las manos entre las que tenía un lápiz y parecía nervioso, pero no lo estaba ni mucho menos. La situación era un poco tensa y nada nueva para Trias. El gobierno de CiU financiaba reformas de hospitales municipales y en la mayoría de ocasiones estos ayuntamientos eran de otro color, en general del PSC-PSOE y los militantes de la coalición a nivel local consideraban que esto no les favorecía. El caso de Valls era paradigmático, se iba construyendo muy despacio y nuestros compañeros estaban planteando la paralización de las obras con argumentos más que peregrinos. Era un hospital muy politizado y merece un capítulo a parte. El Pius es un fiel reflejo de la realidad del modelo sanitario catalán y de su historia. Me comprometo a dedicarle un blog particular.
Trias les convenció de que lo que planteaban era una barbaridad y que lo que tenían que hacer era "vender" la actuación del Govern y sacar partido para CiU. No les convenció, y el hospital sigiói construyendose y fué inaugurado en 1990.
Trias es lo que suele decirse una buena persona, una excelente persona y un hombre honesto. No ha sido ni es un político al uso. No es un hombre de intrigas palaciegas ni puñaladas traperas, y se mueve bien en aguas tranquilas y turbulentas. Se le notaba que disfrutaba ejerciendo de consejero, y en más de una ocasión le he oído decir que habría que pagar para ejercer un cargo de estas características, porque el trabajo era gratificante, te podías divertir haciendo lo que te gustaba: cambiar las cosas para que funcionen mejor. 
El sin duda consolidó lo que hemos venido llamando el modelo sanitario catalán a través de varias reformas, la principal: la Ley de Ordenación Sanitaria de Catalunya que hace adulto un modelo mixto de provisión, fiel a la historia que lo hizo capaz, y cercano a la ciudadanía. Esta es la pieza clave que cristaliza una serie de actuaciones previas, como el Plan de Reordenación o la creación de la Red que antes he comentado, con una idea clara de mantener la diversidad de la diferentes instituciones, y hacer posible lo que llamamos en su momento separar las funciones de financiación -que son claramente las que corresponden al Departamento, de las de provisión.
La Ley fue aprobada por una amplia mayoría en el Parlamento catalán gracias al buen hacer del Conseller, porque si hay algo que puede definir a Trias es el consenso, el pacto. Es un hombre que tiene la voluntad de buscar y rebuscar la mejor solución, de escuchar a todos, de tejer amplias complicidades que no siempre han sido entendidas. Consenso solo se consigue con el diálogo y sin partidismos, y es algo que también distingue al ahora ya Alcalde de Barcelona. Trias es un seductor, tiene amigos en todos los partidos, le respetan, y esto es fruto de su manera de hacer y de actuar, que se nota en como ejerce la política día a día o por ejemplo en algunos de sus nombramientos que nos pueden haber sorprendido pero siempre responden a una estrategia de visión amplia, de sumar más que restar. Son decisiones fruto de una visión de largo alcance.
Otra de sus características es el optimismo, Es un hombre que confía siempre en el futuro. Quizás sea este optimismo y su perseverancia lo que ha hecho posible que finalmente después de 33 años, CiU tenga la alcaldía de la capital de Catalunya. También es cierto que la lealtad y fidelidad al President Pujol, le han llevado al sitio que ahora ocupa, después de haber sido además de Consejero de Sanidad, Consejero de Presidencia y Diputado a Cortes. Es sin lugar a dudas un hombre de Pujol, pero también lo es ahora de Artur Mas.
Estoy convencido que alguna de estas características de Xavier son consecuencia de pertenecer a una familía abierta, sólida, de profundas creencias cristianas y generosa con las personas que sufren, de aqui la Fundación "Llars de la Amistat" que fundó su padre, y que ahora preside su hermano mayor. Con Puri ha sabido crear otra gran familia que le ha acompañado siempre en su andar político.
Barcelona tiene ahora un Alcalde que la ama, que la siente, que la ha vivido en su familia y en su entorno. Y lo hace con todas estas cualidades que he descrito con anterioridad. No quiero decir con esto que sus antecesores no hayan querido a la ciudad. Maragall fué un Alcalde con pasión y su impronta transformó Barcelona y la colocó en el mundo. Lo que quiero decir es que el caso de Trias para mi es distinto, es fruto de un compromiso personal que adquirió hace ocho años, y que pasaba por estar tres legislaturas en la "Casa Gran", trabajar para conseguir lo que finalmente ha sido una realifad. Aceptó ser candidato con unas condiciones, no un candidato de quita y pon, como acostumbran a hacer los partidos políticos en las grandes ciudadades, y como también había hecho CiU en Barcelona. Estoy convencido que será un gran alcalde, e imprimirá al consistorio una manera nueva de hacer política.
Hace pocos días comí con el en un pequeño restaurante detrás del Palau de la Generalitat. Estaba muy contento y eso que no era un día bueno, CiU había pérdido un concejal que recuperaría unas horas después. Tuve la sensación de estar al frente del mismo hombre que un día me ofreció ser Delegado, con el mismo brillo de ilusión en los ojos, ilusión de la persona que hhace lo que más le gusta. Estaba perfilando el equipo de gestión que le acompañará en esta legislatura, se le notaba seguro y extraordinariamente satisfecho, como aquel montañero que llega a la cima, se sienta y respira profundo, mirando a su alrededor. Atrás quedan el esfuerzo del camino hecho. Solo hay paz interior y tranquilidad. Aunque no es sin duda el mejor momento para la "política", también es cierto que necesitamos gente como Trias, políticos más vocacionales que circunstanciales. Necesitamos líderes en los que confiar. Sentirnos protegidos.
Trias ha jugado un importante papel en mi vida. Casi todo lo que se lo aprendí de el, y también de todos los colaboradores que trabajaron conmigo. Cuando en 1996 fuí nombrado Consejero por el Presidente Pujol, sin lugar a dudas Trias fue la clave. Si el no hubiera puesto mi nombre encima de la mesa, los hechos no hubieran sucedido como ocurrieron.

Eduard Rius

domingo, 10 de julio de 2011

El Mago Pérez

El Mago Pérez
Mientras vamos conociendo gota a gota la grave situación financiera de las CCAA que han cambiado de color –el pasado fin de semana por ejemplo, podíamos leer en prensa que los farmacéuticos de las Islas Baleares están a la espera de cobrar la factura del mes de mayo, o la gráfica expresión de la Presidenta de la Comunidad de Madrid a supuesto micrófono cerrado, “no tenemos un puto duro”, aparece hace un par de semanas en el escenario, el omnipresente ahora ex Vicepresidente Primero del Gobierno –el señor Alfredo Pérez Rubalcaba, con el anuncio de que si ganaba las elecciones, insuflaría al Sistema Sanitario Español 8.000 millones de euros, así por las buenas, como un maná caído del cielo.
Sorprende el anuncio dada la situación de las arcas del Estado y uno se pregunta donde estará este dinero: en alguna cuenta secreta, escondido debajo de las baldosas del Ministerio en el Paseo del Prado, o es otro cuento chino para distraer al personal. Parte del misterio se ha desvelado este sábado con el montage alrededor del candidato Perez -no acabo de entender porque los plubicistas y aseores de imagen tienen que esconder que este señor se llama Perez, como si fuera un insulto o resultase demasiado vulgar, y se empeñan ahora en que le llamemos Rubalcaba, así a secas. Algo parecido pasó con el actual Presidente del Gobierno, al que también escondieron su primer apellido y hemos acabado llamandole ZP.
Parece que la cifra de la que había hablado Perez hace referencia a una partida pendiente del sistema de financiación de las CCAA, y a la que el Gobierno daría un carácter finalista, hecho que probablemente no pueda hacer, y poniendo en evidencia que no se trata de dinero extra, sino de un juego de malabar con el que se estrena el candidato.
Claro que por si esto no fuera suficiente, el Mago Pérez tambien nos habló de una fórmula mágica para acabar con el paro y ahora hemos sabido que la solución la tienen los bancos y cajas que van a emplear a todos los jóvenes a cuenta de sus beneficios. Desconocemos si esta vez el consejo viene del Sr. Botín que visita con frecuencia la Moncloa, aunque es posible que estuviera en Suiza arreglando algunas cuentas. Parece increíble pero es verdad...Para acabar de redondear el tema, Perez se refirió también al co-pago y obviamente se manifestó en contra, sin ofrecer ninguna alternativa seria que reconozca la situación actual con un déficit oculto de más de 15.000 millones de euros.
Hay momentos en que uno se plantea el exilio de una forma seria, ante tanta frivolidad por parte masa hunos de nuestros políticos -por utilizar un término que considero no grosero, y en unas circunstancias gravísimas que afectan a muchísima gente y al país en general. Pero mucho me temo que esta campaña electoral que no ha hecho más que empezar será agotadora, y aunque no sea el momento más adecuado para usar la demagogia y el cinismo, doy por seguro que se dirán barbaridades, ya sea para contentar ahora al movimiento del 15 M, o como ha dicho un periódico adicto al "régimen" -que ha descrito el acto de presentación como unos de los hechos mas relevantes de este siglo, para suscitar la autoestima socialista.
Lo he expresado en anteriores ocasiones y lo repetiré hasta la saciedad, la “sanidad” no puede utilizarse ni como arma arrojazida entre las diferentes fuerzas políticas, ni puede ser moneda de cambio de nada. En un tema tan sensible socialmente y que nos afecta en algo tan preciado como es la salud, los partidos políticos deberían ser más serios de lo que han sido hasta ahora, y ser conscientes que solo desde un gran consenso será posible asegurar uno de los pilares del estado del bienestar.
Este sector no necesita “salvadores” ni recetas mágicas, necesitamos seriedad y solvencia. Y la solvencia se adquiere con la experiencia, o con lo que has has conseguido o demostrado anteriormente y con propuestas innovadoras, valientes, audaces, que transformen lo que hemos hecho para adaptarlo a una nueva situación.
Por eso me quedé también muy sorprendido al leer la crónica de una conferencia del ex Presidente Felipe González organizada por Farmaindustria, en la que expuso su receta para el SNS, ante el regocijo de los asistentes. Nada más y nada menos que el ex Presidente recomienda subir un punto del gasto sanitario en relación al PIB, ¡Bravo!. Y lo dice una persona que tuvo la máxima responsabilidad de gobierno durante muchos años y en los que nunca fué capaz de aprobar unos presupuestos reales. Y por si esto fuera poco, antes de irse con toda una serie de escandalos por delante, redujo de la mano del Ministro Solbes, 150.000 millones de pesettas del presupuesto consolidado del INSALUD y de las CCAA con las transferencias sanitarias. Esto sucedió en un momento en que estábamos muy por debajo de la media de gasto sanitario de los países de la UE, de la que formaríamos parte unos meses después. Por cierto el señor Perez formaba parte de aquel gobierno, y no recogen las crónicas de la época queja alguna por su parte.
Al parecer este incremento se compensaría con la desaparición de las Diputaciones Provinciales y de numerosos municipios, ahora que el PSOE ha tenido unos resultados desastrosos en estas elecciones. ¿Con estos antecedentes, puede tener credibilidad, y en el escenario actual, una propuesta de estas características? A mi modo de ver no, aunque tuvieron amplio eco en los medios de comunicación. ¿Por qué no se ha hecho esto anteriormente? ¿O es que cuando mandaba el Partido Socialista tenían sentido las Diputaciones y ahora no?.
No niego que hay algunas propuestas interesantes en la receta Gonzalez, aunque nos sobra la coletilla tan de moda en estos últimos tiempos, que parte de la culpa de todo la tienen las CCAA, mientras va manteniéndose un Ministerio de Sanidad que muchas veces ni está, ni se le espera. Resulta curioso que el discurso se hiciera en sede de la industria farmaceutica, y el candidato Perez volviera hablar este sabado de los grandes ahorros que se pueden hacer con los medicamentos. ¿Solvencia en el discurso socialista?. Ustedes mismos.
Dentro de pocos días conoceremos la receta para el SNS del Partido Popular a nivel estatal, si bien creo que va a ser más interesante contemplar y analizar como empiezan a moverse las nuevas y nuevos consejeros autonómicos de esta formación política presente en la casi totalidad de las CCAA, y son ellas y ellos los que van a marcar el ritmo, ya que son los que ostentan las competencias.
Durante muchos años creo que no ha habido grandes diferencias entre los programas políticos que hacen referencia a la sanidad entre los dos principales partidos estatatales, si bien hace un tiempo y partiendo de la Comunidad Valenciana, el PP empezó a moverse y propuso por ejemplo, modelos de participación publico y privada, que después se han implantado también en otras CCAA. Han sido iniciativas puntuales, pero de gran calado, como lo que venimos llamando en el sector "modelo Alcira". Ha sido un paso muy importante dando entrada en la gestión publica a aseguradoras u operadores privados.
La implantación del área única en la Comunidad de Madrid ha sido también otro paso notable, si bien algo incompleto por ahora, hasta conseguir que el dinero siga al paciente y pueda y configurarse una cierta competencia entre centros, a la vez que se dota al usuario de una mayor libertad de elección.
En definitiva unos días ajetreados en noticias sobre la sanidad. Veremos que da de si esta campaña electoral, y que propuestas se lanzan para salvar a un paciente que esta ahora en la UCI...
Eduard Rius

miércoles, 22 de junio de 2011

Apuntes biográficos, 1

Los resultados de las elecciones del 22 M han cambiado substancialmente el mapa político autonómico y municipal a un año de las elecciones generales. El pasado día 9 se constituyeron los ayuntamientos y los medios de comunicación se han hecho eco de los políticos que han dejado sus cargos, unos definitivamente y otros pasando a la oposición. Esto me ha echo recordar el día que fui cesado y los sentimientos que me acompañaron en aquellos momentos. Con este escrito inicio unos "apuntes biográficos" sobre mi experiencia en la política catalana desde 1994 al 2003, y empiezo paradójicamente casi por el final,  no porque sea lo que tengo más fresco en mi memoria, si no porque me he visto identificado en algunas historias que estos días se han contado.

Abandonar la Consejería de Salud fue para mí una experiencia dura y me produjo un regusto amargo que supere varios meses después. Siempre había pensado que el paso a lo que yo llamaba "vida civil" iba a ser fácil –ya que no me imaginaba en un cargo público o ejerciendo la política  toda la vida. Pero no hay duda que este “paso” se ve influenciado por el motivo por el cual  se deja la política y en como te transformas en un ciudadano de a pie, en una persona "normal".  No es lo mismo poner punto final a una vida política por haber sido cesado o por perder unas elecciones que hacerlo por voluntad propia. Aún en este último caso puede que no sea fácil  vivir una situación de estas características.

Yo fui cesado un domingo por la tarde, cuando menos me lo esperaba, a un año de las elecciones autonómicas, después de haber superado varias remodelaciones de gobierno, y en los meses anteriores a mi relevo, una larvada y persistente intriga en mi contra  por parte de UDC, y también de algunos colaboradores muy próximos a los que había confiado áreas de responsabilidad importantes en el Departamento. A pesar de estos nubarrones, parecía que mi continuidad estaba asegurada hasta el final de la legislatura, al menos yo lo creía, después de haber hablado en una ocasión del tema con el President ante la presión ambiental que me rodeaba. 

Era mediodía, y me encontraba en el hospital haciendo compañía a mi padre, ingresado desde hacia meses por un accidente vascular cerebral. Mi madre había muerto unas pocas semanas antes. Anímicamente me encontraba aún en una frágil situación. Me llamaron de Palau. El President quería hablar conmigo. Me pregunto que tal estaba y después de interesarse cariñosamente por mi padre me pregunto por el Presupuesto del 2002.  Me extrañó, porque ya habíamos tratado el tema con anterioridad, y le respondí que estaba como siempre: insuficiente -no creo que dijera irreal, pero si recuerdo que le comente que a pesar de todo, las cosas no irían mal, sabríamos gestionar la escasez, como habíamos hecho año tras año. Me cito para vernos a las ocho en su despacho, aunque yo tenía previsto trasladarme a Madrid a última hora para asistir al día siguiente al Consejo Inter-territorial, pero me dijo que esto no era tan importante, y que nos veríamos mas tarde.

Llamé a Ramón Massager, que era el Secretario General de la Conserjería, para preguntarle si había algo que se me había escapado en los “números” que habíamos negociado con Economía, y me confirmó que no había nada especial. A las siete estaba ya en Barcelona y el chofer me llevó a Palau. Había dos o tres coches oficiales en la Plaza Sant Jaume, muy tranquila a esa hora. Tuve una sensación extraña, ¿que hacían esos coches en la Plaza un domingo por la tarde?. Desde la salita de espera llamé a Josep Prat, Director del Servei Català de la Salut, para comentar en los mismos términos que hice con Ramón,  la situación del Presupuesto. No parecía que hubiera nada que hiciera crujir la situación financiera, mas allá de lo que ya estábamos acostumbrados.

Entré en una de las salas que solía utilizar el President para trabajar, que no era el despacho oficial. Yo llevaba una carpeta con la documentación de los presupuestos, y al hacer el gesto para sacarla del maletín, Pujol me dijo que no hacia falta. La conversación no se extendió mucho tiempo. La decisión esta vez era definitiva. Agradecí a Pujol el grandísimo honor que me había dado de poder trabajar con él, la confianza que en mí había depositado desde hacía siete años. Después tuve una conversación con Artur Mas, artífice de la remodelación del último gobierno de Jordi Pujol. Media hora mas tarde, y notablemente aturdido subía al coche oficial que me llevo a casa siendo ya, aunque no oficialmente, un ex. El martes a las diez de la mañana se celebraría la toma de posesión de los nuevos consejeros. Tenía pues 24 horas para recoger mis cosas del despacho de Travessera de las Corts[1], y enfrentarme a una nueva vida.

Llamé a mi mujer, pero no quise que viniera a Barcelona, pensé que era mejor que desde ya,  afrontara solo la situación como se había presentado. Hablé de nuevo con Ramón y nos fuimos a tomar una copa a la calle Santaló. A primera hora de la mañana los cambios ya eran públicos, la operación había sido bien planeada, y dio la impresión de coger por sorpresa a algunos medios de comunicación, digo algunos porque después se supo que los cambio se habían planeado en pleno verano.

Empaquetar las cosas de tu despacho es una operación ardua, cuando llevas en el mismo siete años. Eran muchos los recuerdos acumulados: papeles, cartas, discursos, fotos, placas conmemorativas de jornadas, asociaciones o inauguraciones.

Intensa es la vida de un Consejero, pero por muy intensa que es, les aseguro que cabe en unas cuantas cajas de cartón. Poco a poco me fui despidiendo de mis colaboradores, y respondiendo a múltiples llamadas. Sorpresa y palabras cariñosas la mayoría, supongo que también hubo de compromiso, o algún que otro comentario falso. No hubo todas las que esperaba, y es aquí donde algo empieza a cambiar en tu vida. Empiezas a notar una distancia entre “cuando eras” y cuando “ya no eres”. Ya nadie necesita deshacerse en elogios hacia tu persona o por la manera en como haces las cosas. Ya no tienen porque hacerte la “pelota”. Quizás sea esta la primera lección: ver quienes han sido realmente personas cercanas y sinceras contigo, amigos en muchas ocasiones, y comprobar los que han sido compañeros de conveniencia. Discernir entre el halago y la sinceridad. 

Yo había asistido ya a varias tomas de posesión en el salón Nuestra Señora de Montserrat. El acto se desarrolló según marca un protocolo austero y bien medido. Éramos cuatro los consejeros salientes. Cuando el President había saludado a los dos nuevos Consejeros se dirigió a los cesados. Y aquí se produjo una situación de la que me arrepentiré toda mi vida. No supe reaccionar afablemente al saludo cariñoso que me dio Jordi Pujol. Actúe mal, y lo seguí haciendo no quedándome a la tradicional copa de cava en el Pati dels Taronjers[2]. No supe disimular mi desazón. Es algo que no olvidaré de aquella mañana. Me faltó dignidad y me di cuenta que había fallado mi convencimiento de que “en política estás de paso”.

Mi escolta me acompañó al Departamento de Gobernación, donde despache en media hora con mi sucesor. A la salida el “mosso d’esquadra” insistió en acompañarme a casa, quizás estas eran las ordenes, que llegara sano y salvo a mi domicilio, pero decliné su amable ofrecimiento, y preferí volver andando y respirando el aire de persona “normal y anónima” y pensando como iba a organizar a partir de aquel momento mi vida. Me permitieron conservar mi número de teléfono y me llevé conmigo el título de “Honorable”.

Pero algo más me acompañaba, algo único: la experiencia de haber servido a mi país desde una de las más altas responsabilidades, y haberlo hecho al lado de un político, irrepetible, un auténtico estadista. Y me llevaba también el balance de una gestión que considero fue buena en las circunstancias que me tocaron vivir, y con una seria de hitos conseguidos que ya iré contando en mis “apuntes”.

Yo era a la vez que Consejero, Diputado en el Parlamento, por lo que debía incorporarme plenamente a las tareas parlamentarias, como hice al día siguiente. Pase a compartir secretarias y despacho, y de una agenda de locos, a un trabajo tranquilo, y que me dejaba mucho tiempo libre.
Notaba que me faltaba llenar las horas, y experimenté lo que una vez me comentó Sergi Loughney[3], el “síndrome del móvil”. Como nadie te llama, luego no existes…curioso como continuamente me llevaba la mano al costado izquierdo, tocando a través de la chaqueta el teléfono, para ver si aún estaba en su sitio o había desaparecido.

No tuve nunca la sensación de haber perdido algún privilegio, pero si noté durante unos meses un vacío a mí alrededor que tuve que asimilar con el tiempo. Una puerta se había cerrado para siempre. Tener que reconstruir tu vida profesional a los 49 años no es fácil cuando has estado alejado del mundo hospitalario más de una década, por lo que tuve claro que debía continuar por la senda de la gestión sanitaria y no por la asistencia. Llamé a muchas puertas y casi todas se abrieron. Siempre fui bien recibido y oí buenas palabras, pero tardé tiempo en reencontrar la senda profesional que me ha llevado hasta aquí. Y no llegó por ninguna vía oficial ni política, ni por alguno de los despachos por los que pasé, o de las llamadas que realicé. Llego de la mano de Francesc Homs[4] que sugirió mi nombre a Enrique Fernández Miranda, responsable de Relaciones Institucionales de PriceWaterhouseCoopers, y fue esta firma la que me contrató, y de donde pasé a trabajar en Acciona.

A pesar de todo lo que se dice a cerca de los privilegios y de las prebendas de los políticos, y se dice mucho estos días, la verdad es que en una gran mayoría de casos, hay una distancia entre la ficción y la realidad. Puede ser fácil estar en política, pero no lo es “volver”, aunque obviamente es algo que “va con el cargo” y que debes asumir desde el momento en que tomas la decisión de querer ejercer una función de servicio público, que es como siempre he contemplado la política, y que creo que hay que resaltar en unos momentos en que se intenta desprestigiar el trabajo y hasta la función que tienen los políticos.

Ahora después de tanto tiempo, creo que cuando me cesaron no fui capaz de ver todo lo que había aprendido y experimentado y también cierta liberación -como comprobé posteriormente, de lo que es el compromiso y la responsabilidad de un cargo, y de que fué bueno para mi desarrollo profesional el paso a la actividad privada, donde he podido desarrollar os conocimientos y habilidades que había adquirido en los años que estuve trabajando para la Administración Pública desde diversos cargos de confianza.

Aquel mes de noviembre del 2001, marcó un antes y un después en mi vida profesional, pero también en la personal. Quizás me faltó madurez en un momento determinado, y pudo más el sentimentalismo que la racionalidad, pero lo cierto es no podemos borrar lo que ya está escrito.

Madrid, 20 de junio de 2011





[1] Sede del Departament de Salut (en aquel tiempo Departament de Sanitat i Seguretat Social)
[2] Pati dels Tarongers, es un patio interior de estilo gótico en el Palau de la Generalitat y que se usa para actos oficiales.
[3] Sergi Lougnhey fue Jefe de Protocolo de Jordi Pujol durante muchos años.
[4] Francesc Homs, fue Consejero de Economía y Finanzas en el último Gobierno de JP

miércoles, 8 de junio de 2011

Otra vez el "Pacto"

En menos de 48 horas, destacados políticos como Josep Antoni Duran y Lleida, Manuel Cervera o Soraya Sáez de Santamaría, han vuelto a poner encima de la mesa, el tan traído y al parecer deseado “pacto por la sanidad”. Digo “parecer”, porque vuelve a escena un clásico de la política sanitaria española de los últimos años. Venimos hablando desde el informe Abril Martorell de “pacto por la sanidad”, sin que hasta la fecha, la incapacidad de nuestros políticos (de todos), lo haya hecho posible. Insisto, de todos.

Sin ir más lejos, hace pocos meses se cerró una Comisión Parlamentaria, presidida por Gaspar Llamazares, que se supone iba a realizar unas recomendaciones, que con la aritmética en la mano, solo pueden pasar por un “pacto”. Yo me pregunto si realmente alguien se tomó en serio ésta flamante Comisión vistos los resultados. Buenas voluntades habían en sus señorías, aunque el impacto y el contenido de las conclusiones pueda ponerlas en duda. Yo tuve el honor de comparecer ante la misma, hecho que agradezco, y de ser escuchado e interpelado.  

Como anécdota personal de mi visita a la Carrera de San Jerónimo, guardo el recuerdo de no haber podido saludar personalmente al Presidente de la Comisión, ya que el azar quiso que coincidiera con un acto de homenaje al juez Baltasar Garzón y –a hechos me remito, debió ser mucho más importante para la Presidencia asistir a un evento de estas características, que ejercer la encomienda de la Cámara en una Comisión financiada con los impuestos de todos los españoles. Pero es obvio que el señor Gaspar Llamazares tenía otros intereses fotográficos o partidistas, y no era el futuro del Sistema Nacional de Salud, lo que más interesaba al diputado de Izquierda Unida aquel día.

Lo he dicho ya en este blog y públicamente en numerosas ocasiones: soy pesimista sobre el “Pacto”. ¿Ustedes creen que a unos meses de unas elecciones generales, y con un gobierno en retirada, y con una oposición que lo único que quiere es desgastar, restar y no sumar, va a ser posible plantear un pacto?. Pues la verdad: NO. Por ahora parece imposible acercar posiciones, y esto significa situarnos en el horizonte de un año. Y doce meses es mucho tiempo dada la grave situación financiera por la que atraviesa el Sistema Nacional de Salud. Quizás sería bueno pedir a nuestros representantes que no malgasten palabras, que no las desvirtúen, cuando todos sabemos que no está este tema en la agenda inmediata ni a corto ni medio plazo, como no lo ha estado desde los últimos 20 años.  

Si contempláramos el “Pacto por la Sanidad” como un inmenso puzzle que hay que construir,  estoy convencido que iríamos encajando numerosas piezas con cierta facilidad: Reforma de la Atención Primaria, Autonomía de Gestión y Gobernabilidad de los Centros Hospitalarios, Mayor poder de decisión y autonomía de los Profesionales Sanitarios,  Racionalización del Gasto Farmacéutico o Modelos de Colaboración Público-privada para la Financiación de Infraestructuras, son solo algunos ejemplos de aquellos temas que con determinados matices serían ampliamente consensuados e irán encajando en el “Pacto”.

Existen pero, algunas piezas especialmente incomodas que, o no se encuentran o no acaban de encajar, o sencillamente "molestan".

Hay una que se lleva la palma. La palabra maldita que nadie quiere pronunciar, pero que está en boca de todos, al menos de los medios de comunicación, que no desaprovechan la ocasión para preguntarle al político que tienen en frente si está a favor o en contra.

Han acertado.

Estamos hablando del COPAGO. ¿Está usted de acuerdo en implementar el copago en Cataluña? le preguntaron ayer martes al Sr. Duran Lleida en el Forum Nueva Economía que se celebro en el Hotel Ritz de Madrid. Obviamente respondió que no. La Presidenta electa de la Comunidad de Madrid también se ha expresado en estos términos en numerosas ocasiones, y  también el Consejero de Salud de Cataluña ha dicho que no, pública y reiteradamente. No digamos ya la actual Ministra o la anterior, o muchos otros  políticos que se han referido a ello en los últimos meses. El rechazo es público y notorio.

¿Es pues el copago la pieza que no permite que avancemos en el deseado “Pacto”?. Quizás. La verdad es que no estoy seguro, ya que hay otras medidas que podrían generar más rechazo o más oposición, y que no se comentan en voz alta o no se discuten con tanta exaltación, por lo que podemos intuir que esta es sin lugar a dudas, la medida más controvertida, la más impopular, la que puede generar más “indignación”.

Yo no he sido partidario del copago durante mucho tiempo. De hecho me he manifestado en contra. Pero hoy he cambiado de opinión, y soy partidario de establecer -con todos aquellos condicionantes que sean necesarios para mantener la equidad de acceso al sistema, algún tipo de copago que actúe de moderador de la demanda sanitaria o que financie algunos de los servicios no sanitarios asociados a la atención sanitaria. No se trata solo de una medida recaudatoria, que lo es, se trata de un instrumento que aminore la sobre-utilización que tienen nuestros servicios sanitarios, que regule el acceso a algunos servicios o prestaciones del sistema. No debemos olvidar  que ya existe un copago en España, y es el asociado a la prestación farmacéutica, y que los condicionantes que tiene este copago no lo hacen equitativo, ya que solo interviene como factor corrector del mismo el ser un trabajador en activo, pensionista o viuda o viudo de uno/a de los anteriores.

No hay duda que en una situación de crisis económica como la actual, de una precariedad social que nunca habíamos visto, y con un horizonte donde es difícil vislumbrar tiempos mejores, hablar de copago puede resultar insultante, descarado, y generar como decía antes mucha indignación. Soy muy consciente de ello, y por eso he contextualizado la medida bajo el epígrafe de “todos aquellos condicionantes que sean necesarios para mantener la equidad de acceso al sistema”. Se trata por lo tanto de definir los condicionantes, de diseccionar todas las situaciones que podrían generar inequidad o injusticia social -si podemos utilizar esta terminología, en definitiva ponernos de acuerdo en los mismos y en la forma de aplicarlos.

Por otra parte se trataría, como ya se hizo en la época del Ministro Romay Beccaría,  de ver que se está haciendo a nuestro alrededor, analizar que es lo que esta ocurriendo, y escoger el mejor sistema y el más justo. Valga una aclaración, no por haber hecho mención a mi buen amigo y admirado Ministro, quiera esto decir que el copago fuera o sea una propuesta del Partido Popular. Ni mucho menos. Existen países con copago que han tenido gobiernos socialistas o social-demócratas  y han mantenido esta medida.

Le podremos dar muchas vueltas al tema, de hecho hace años que lo estamos haciendo, mientras nuestros vecinos y socios comunitarios como he comentado, tienen sistemas de copago que funcionan y que no parece que rompan la equidad o sean la carcoma del estado del bienestar, ni mucho menos, pero más tarde o más temprano, el tema volverá a estar en el centro del puzzle, como la pieza que falta para completarlo. Y sería una lástima que esta fuera la escusa para no llegar a un acuerdo que garantice “por todas” la sostenibilidad de Sistema Nacional de Salud. Deberíamos no ser valientes, si no responsables.

Madrid, 8 de mayo de 2011.