martes, 27 de diciembre de 2011

Carta a los Reyes Magos con destino Paseo del Prado, 18, Madrid

Quería escribir la carta a los Reyes Magos enviándola a la Excma. Sra. Ana Mato, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, desde el respeto y la lealtad que me merece la nueva titular de esta cartera que muchos dudaban que se mantuviera como tal. La decisión de su no desaparición espero demuestre el especial interés que el Presidente Rajoy tiene por uno de los pilares fundamentales y básicos del estado del bienestar.

Todos somos conscientes a estas alturas de las limitadas competencias que el estado central mantiene en relación a la asistencia sanitaria, y más aún cuando el Ministerio no tiene ninguna en referencia a la financiación de nuestro Sistema Nacional de Salud. Cualquier discusión sobre este tema siempre ha tenido lugar en otro ministerio, bajo el paraguas del “Consejo de Política Fiscal y Financiera”, o en otros foros singulares como las dos conferencias de presidentes autonómicos que se celebraron bajo el mandato de Rodríguez Zapatero.

Competencias totalmente transferidas y casi nula capacidad financiera sobre el sistema sitúan al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en una difícil encrucijada. A pesar de esto, creo que en estos momentos de crisis extraordinaria, el papel del ministerio debería ser crucial para garantizar la sostenibilidad del sistema.

Es aquí majestades donde les pediría que traigan a la Señora Ministra capacidad de liderazgo fuerte.

Liderazgo entendido como crisol de voluntades compartidas por las 17 CCAA. Liderazgo desde el establecimiento de una trama de complicidades e intereses mutuos, desde la colaboración y la suma de voluntades. No se trata de establecer uniformidades, al contrario, desde la diversidad reforzar la cohesión.

Cohesión: palabra mágica que hemos escuchado hasta la saciedad en la última campaña electoral. Estoy por la cohesión entendida como instrumento de colaboración no impuesta sino como elemento aglutinador. No es algo que se irradia desde el Paseo del Prado hacia las sedes de las Consejerías, sino como la malla que hace posible un sistema que garantiza el acceso universal a las prestaciones establecidas por consenso en todo el territorio nacional, sin barreras, sin barreras, sin trabas administrativas como henos podido ver últimamente.

Una cohesión que hace posible la racionalización en la prestación de los servicios: colaboración y gestión compartida de determinados servicios de alta tecnología bajo los parámetros de excelencia, eficiencia y efectividad. Hemos de asumir que no todas las CCAA pueden tener o pueden prestar los mismos servicios. Hemos de detectar que masa critica les sustenta, cuales son los mas excelentes, coste efectivos y con resultados claros en salud, y suprimir o transformar los que no cumplan criterios que las sociedades científicas ya han establecido desde hace tiempo.

Cohesión, libre circulación, equidad y racionalización.

También quiero pedirles un esfuerzo para la reducción de costes. No es el momento de pedir más recursos. Hemos de ser más eficientes si cabe. Por eso es necesario asumir una reforma a fondo de la política de recursos humanos, empezando por una reforma del sistema estatutario que finalice con el paradigma que una plaza de estatuario es para toda la vida. Hay que establecer un contrato laboral como en cualquier empresa privada u otras instituciones sanitarias que ya funcionan con este sistema. Podemos hablar de promoción profesional y de la posibilidad de movilidad dentro del SNS pero siempre bajo la óptica de un modelo de RRHH más flexible, menos rígido y en el fondo más justo con los mejores profesionales que tenemos.

Hemos de dotar de autonomía de gestión a nuestros centros: hospitales, agrupaciones de centros de salud,  con contratos de gestión y rendición de cuentas por parte de los equipos gestores. Estoy por la despolitización de estos cargos, pero me inclino mas por la "accountabilty".

No podemos seguir engañándonos, necesitamos establecer algún tipo de copago.

Majestades ayúdennos a encontrar el mejor sistema, el mas equitativo, es que sea capaz de conseguir una mayor consenso entre todas las fuerzas políticas y agentes sociales. Es necesaria una mayor corresponsabilidad de los pacientes con el uso del sistema. Las medidas anunciadas por el ejecutivo catalán podrían resultar efectivas, hay que verlo, y considerarlo como una posibilidad.

Si no se establece el consenso necesario, estoy seguro que sus Majestades entenderán que desde un gobierno con mayoría absoluta es cuando pueden tomarse estas medidas.

Si que hay algo que ustedes deben solucionar: la deuda que el sistema viene arrastrando, y que se sitúa alrededor de los 20.000 millones de euros. Hay que buscar una salida porque están en peligro muchas empresas y el suministro de medicamentos y otros productos sanitarios imprescindibles para que nuestro sistema funcione.

Les pido una solución pero con una condición: solo podrán beneficiarse aquellas comunidades que asuman un drástico programa de reformas y una política de austeridad. La creación en el seno del Consejo Interterritorial de Salud de una Comisión de Vigilancia para el cumpliendo de los programas de ajuste, con la capacidad para gestionar estos fondos, podría ser una buena solución para este tema.

Les pediría muchas mas cosas, pero me consta que en un país al borde de la bancarrota, estarán ustedes muy ocupados.

Pero aprovechando de su conocida generosidad, solo me queda pedirles alguna cosilla más, que no les va a costar mucho dinero: la creación de un órgano de evaluación de las políticas sanitarias que se están ejecutando en el estado español. Tenemos mucho por contrastar y evaluar, con unos sistemas de información que son claramente mejorables. Tenemos a nivel del Ministerio y en muchas CCAA,  agencias de evaluación. Se trata de realizar un esfuerzo de integración y coordinación y posteriormente una externalización de este nuevo ente, para que se convierta en un organismo independiente, apartidista. Modelos ya existen fuera de nuestras fronteras, se trata de estudiarlos y ver como se pueden implantar con los recursos que ya tenemos.  

Me he dejado muchas otras cosas, pero no podemos apabullar a la nueva responsable del Ministerio estos primeros días. Tiempo tendremos para ir reflexionando sobre estos temas, aunque mucho me temo, al albur de lo que podemos leer día si y otro no, que es urgente la toma de medidas, la “sacudida” a un sector que habiéndosele dotado en los últimos años de muchos mas recursos económicos, no ha sabido gestionarlos con responsabilidad o visión de futuro, orientando el sistema hacia nuevas necesidades y paradigmas.

El incremento del gasto sanitario en España en los últimos años ha sido muy importante, pero tengo mis dudas que hayamos usado correctamente estos recursos.

Majestades, habréis visto como no he mencionado para nada a la industria farmacéutica. Desde hace meses está recibiendo carbón a diestro y siniestro. Quizás seria bueno que tuvierais presente que no son los que se han portado peor en los últimos años, y que además  queremos tener una industria mínimamente innovadora necesitan ahora el cariño de Melchor,  Gaspar y Baltasar.

También quiero recordamos que nuestros profesionales sanitarios son el pilar fundamental del sistema. No merecen carbón, sino todo lo contrario, respeto y reconocimiento, y hacerles participes de las políticas sanitarias que ahora la nueva Ministra va a liderar a través de vuestra generosidad.

En todos los centros sanitarios encontrareis agua y pan para vuestros camellos. Dejadnos pues esperanza. Los que trabajamos desde todos los ámbitos de este sector la necesitamos, pero más  la necesitan los pacientes, sus familiares, los seres mas vulnerables de nuestra sociedad. Confió en ustedes Majestades.

 Madrid 27 de diciembre de 2011