A pesar de todo espero por
fin que el libro vea la luz a la vuelta del verano, con lo que se habrán
cerrado ya todas las monografías dedicadas a la obra del gobierno que presidió
durante 23 años Jordi Pujol. Me tocará supongo recibir críticas a troche y a
moche, cosa que no pensé cuando acepte el encargo, pero la verdad que ya estoy
curtido en este aspecto, después de ver como se deshacen las lealtades y las
complicidades -con notables excepciones, y donde el dicho "si te he visto
no me acuerdo" hace cruda la realidad que nos toca vivir.
Son tantas las actuaciones y las reformas que se realizaron que quizás justifiquen el por qué ha tardado tanto la publicación de este libro. Resumir no es tarea fácil y hacerlo precisamente en uno de los ámbitos donde la actuación gubernamental fue de las más intensas, las actividades realizadas fueron ingentes y muchos los agentes implicados, lo complica todo.
Los servicios sanitarios eran
considerados fundamentales dentro del concepto de estado del bienestar que la
Constitución del 78 instituyó, acercándonos de esta forma a la mayoría de los
países europeos de nuestro entorno, en los que aspirábamos convertirnos. Hay
que decir que lo conseguimos. La sanidad ha sido uno de los logros más
importantes de los últimos años, en Cataluña y en todo el estado
español. Nuestro sistema sanitario ha llegado a ser uno de los mejores del
mundo por su universalidad, equidad, nivel de prestaciones y calidad. Teníamos
además unos profesionales sanitarios de excelencia y en conjunto, unas
infraestructuras modernas con un alto nivel tecnológico.
Por otro lado el peso en la acción de un gobierno en este ámbito es
importantísima: hay que tener presente que solo la sanidad se llevaba
más del 34% del presupuesto de la Generalitat, por lo que su gestión es crucial en el control del déficit.
Se habrán dado cuenta que estoy utilizando el pasado -"ha llegado a ser",
porque está claro que en los dos últimos años el retroceso ha sido muy
importante, hasta el punto de que hemos perdido uno de los principios
fundamentales que parecían inviolables como es la universalidad. La aprobación
del “Real Decreto Ley 16/2012, de 20 de Abril, de medidas urgentes para
garantizar la sostenibilidad del SNS y mejorar la calidad de sus prestaciones”,
ha sido una auténtica estocada al
sistema, con efectos difíciles de evaluar en estos momentos, pero que serán
negativos a medio y largo plazo.
Y además está la crisis que ha comportado cambios en muchos aspectos de la vida social y económica que nos toca vivir. Y ha venido para quedarse. Como se dice ahora "nada volverá a ser igual". Hay quien sostiene que las crisis conllevan también grandes oportunidades para fomentar cambios y para corregir lo que se estaba haciendo mal. Y es cierto. Los drásticos recortes presupuestarios no se han traducido en un empeoramiento generalizado de los servicios y se ha conseguido producir de forma más eficiente, sin cambios en los parámetros de morbimortalidad que conozcamos. Pero es obvio que todo tiene un límite, y el incremento de las listas de espera, las restricciones de acceso a nuevos medicamentos o la obsolescencia tecnológica en algunos de nuestros hospitales, empiezan a marcar una tendencia que debería preocuparnos y movilizarnos.
Y además está la crisis que ha comportado cambios en muchos aspectos de la vida social y económica que nos toca vivir. Y ha venido para quedarse. Como se dice ahora "nada volverá a ser igual". Hay quien sostiene que las crisis conllevan también grandes oportunidades para fomentar cambios y para corregir lo que se estaba haciendo mal. Y es cierto. Los drásticos recortes presupuestarios no se han traducido en un empeoramiento generalizado de los servicios y se ha conseguido producir de forma más eficiente, sin cambios en los parámetros de morbimortalidad que conozcamos. Pero es obvio que todo tiene un límite, y el incremento de las listas de espera, las restricciones de acceso a nuevos medicamentos o la obsolescencia tecnológica en algunos de nuestros hospitales, empiezan a marcar una tendencia que debería preocuparnos y movilizarnos.
¿Y está ocurriendo esto? Sí y no.
“Sí” por ejemplo en la comunidad de Madrid, donde hemos estado inmersos en un ambiente de gran conflictividad en reacción a la voluntad del gobierno de la región de "externalizar" la gestión sanitaria en seis hospitales, proceso que causalmente ha sido paralizado tras un recurso presentado por el PSOE. Ha habido pues reacción, liderada principalmente por los agentes sociales, y menos por los facultativos.
Y digo "No" porque a nivel de comentaristas y analistas políticos, este hecho -la ruptura de uno de los principios fundamentales del sistema sanitario, no ha sido tratado con la misma intensidad ni vehemencia con la que se tratan otros asuntos de estado como la corrupción, por no hablar del camino emprendido por Cataluña en los últimos meses. Y esta de falta de sensibilidad es preocupante, más allá de la que tenemos los que estamos trabajando en este sector o del interés coyuntural de los políticos. Porque es importante señalar que tanto el PP como el PSOE siempre han utilizado la sanidad cual arma arrojadiza en su enfrentamiento diario, sin ser capaces de encontrar un espacio de discusión no partidista ni demagógico, que permita afrontar la adaptación de sistema a una nueva realidad social y eminentemente económica
Modestamente, y dado por hecho que es mejorable lo escrito, creo que leer lo que vaya a publicarse nos puede ayudar en la búsqueda de la sostenibilidad del “Servicio Nacional de Salud”.
Eduard Rius
Julio de 2013
Esperaremos el libro sobre la sanidad catalana de los años de Pujol. Mientras a ver que os parece este gráfico de muertos http://www.flickr.com/photos/99944056@N04/9454874713/
ResponderEliminar¿Un 6.3% de incremento después de los recortes?