martes, 12 de abril de 2011

Informe de PWC, "Hacer mas con menos"

Hacer más con menos Informe de PWC

La firma PriceWaterhouseCoopers acaba de presentar en Madrid su segundo informe “Diez temas Candentes de la sanidad Española para 2011”, en el que han participado diversos expertos del sector coordinados por los ex ministros Ana Pastor y Julian Garcia Vargas, entre los que hay que destacar al Conseller Boi Ruiz, a la sazón Presidente de la “Unió Catalana d’Hospitals”.
Parece que no intencionadamente, como recalcó el Director de Sanidad de PWC, mi buen amigo Ignacio Riesgo, pero el informe concluye con diez recomendaciones, o sea que podríamos hablar de “diez mandamientos”, diez, para salir de la situación en que la que nos encontramos.
Este es el segundo informe que realiza PWC, y es otro mas de los muchos que periódicamente se van realizando. Es una lastima que por ahora nadie se haya dedicado aevaluar el impacto de tan arduas flexiones, aunque por la situación en la que nos encontramos, podríamos afirmar con rubor, que se leen poco, o que no se leen.
Pero vayamos al informe y analicemos los "mandamientos".
A mí me gustaría empezar aplicando la regla de que "el orden de los factores no altera el producto" y comenzar por el que me parece ser el mas importante, el cuarto, “El avanzar en la gobernanza del sistema Nacional de Salud es inaplazable”.
¿Porque empezar por aquí? Pues porque en mi opinión lo primero que le falta al sector sanitario y en particular a los responsables de que la provisión de los servicios funcione es aplicar las reglas “del buen gobierno”. A este sector le falta interiorizar “responsabilidad” en el desempeño de la función de gestión, traspasandola con demasiada frecuencia a los profesionales sanitarios. Desgraciadamente en muchas ocasiones, la excelencia de un gestor se ha medido más en cuanto de grande hace el déficit que en lo contrario. Probablemente porque todos hemos interiorizado que el presupuesto es irreal, insuficiente, casi virtual.
En demasiadas ocasiones lo que ha prevalecido es ser más importante que el vecino, y la importancia se mide en obras, en proyectos faraónicos, en comprar la última o mas sofisticada tecnología, en querer ofrecer una cartera de servicios que no se justifica por la morbilidad o la actividad necesaria para un minimo de excelencia o en generar expectativas en los profesionales sanitarios, que luego no pueden se colmadas.
Si un gestor de un centro sanitario produce más números rojos que negros, debería dimitir o debería ser cesado. Falta responsabilidad de los patronatos, consejos de administración o de cualquier otra forma de órgano de gobierno. Se me dirá que no siempre existen estas organizaciones. Entonces deberíamos ir más arriba, a los responsables de las redes sanitarias, o a los Directores Económico Financieros de las diferentes áreas o servicios de salud, o hacia quién los ha nombrado.
Falta “gonernza, responsabilidad, ética en definitiva. Tambien podemos abordar el tema afirmando que el sistema adolece de "autoridad". Porque autoridad significa cumplir y hacer cumplir. La autoridad es un privilegio que los ciudadanos conceden a los políticos.
Para mi pues, la "gobernanta", la “accountability”, como dicen los anglosajones es elemento clave que debe regir la transformacion del sistema.
Es obvio que para no hacer déficit se necesita un presupuesto real, y este era la segunda recomendación del informe: “Un modelo de financiación que evite generar más deuda”. Pero también es cierto, como muy acertadamente comento el ex ministro Jordi Sevilla, Senior Counsellor de PWC, que es el gasto el que debe seguir al presupuesto y no al revés.
Está claro que gastamos por encima de lo que los políticos quieren gastar cuando gestionan el presupuesto público como comentaba en mi anterior reflexión, o de lo que los ciudadanos están dispuestos a financiar o a pagar.
Se pide en el documento, “resolver la deuda”, como requisito imprescindible para abordar otros problemas del SNS, poner el "contador a cero" y elaborar presupuestos reales. Autentico "deja vue" para mí. Lo vengo oyendo desde los años ochenta. Nunca y lo diré hasta la saciedad, se han echo en España presupuestos sanitarios reales. Y esta afirmación no puede ser negada por quien ha tenido responsabilidades políticas en un Gobierno. Entonces, ¿va a suceder precisamente ahora?
Creo sinceramente que esta situación no va a darse, o si aflora la deuda, será en aquellas CCAA donde haya un cambio político el 22 de mayo. No hay nada más fácil que pasarle el muerto al que se ha ido. Pero continuará sin aflorar la deuda de Andalucía, Galicia, o la del País Vasco, aunque es probable que sea la única CCAA que no tenga, dado su particular sistema de financiación.
Soy pues aquí pesimista. Pero sigamos el guión del informe y supongamos que aflora, y que cae del cielo el dinero para financiarla. Habría entonces que empezar de cero, como también se recomienda.
Si empezáramos de cero, lo primero que tendríamos que hacer es definir claramente que es lo que un sistema quiere "prestar" a sus ciudadanos. Definir, planificar, ordenar, acotar, controlar y evaluar.
Como esto no es así, y ya el “trasatlántico” va a velocidad de crucero, lo que hay que revisar es si lo que estamos dando es lo que deberíamos dar (catalogo de prestaciones, que no debería aumentar, al contrario), si lo prestamos en el lugar ideal (atención primaria, especializada, socio-sanitaria), si lo hacemos con los recursos humanos y técnicos necesarios (productividad), si vamos solos o acompañados (colaboración publico-privada), si hacemos participes a los auténticos protagonistas del sector de la revolución que se nos viene encima (profesionales), si estamos haciendo la publicidad adecuada (información realista a los ciudadanos), si somos capaces de establecer complicidades con los sectores más implicados como la industria farmacéutica o el sector tecnológico, si tenemos los recursos suficientes para que la investigación pueda realizarse en todos los hospitales del país, etc., etc.
Todo esto y más está en este Informe de PWC y que ustedes pueden leer en su página web:

http://kc3.pwc.es/local/es/kc3/publicaciones.nsf/V1/C3E57115C101721DC125786200512BD5/$FILE/Informe%2010%20temas%20candentes%20Sanidad%202011_final.pdf

Si me he querido centrar en una de las diez recomendaciones “la gobernanza”, ha sido quizás pensando más en Cataluña que en el resto del estado. Porque en un sistema mixto como el catalán, y en este sentido, con una mayor independencia de los centros, con una mayor autonomía, lo que más encuentro a faltar es precisamente la practica del “buen gobierno” corporativo. Sobran en estos momentos cantos a la autonomía e independencia de los centros o a la pretendida competencia, sobra el "aquí mando yo" y ya alguien lo va a financiar. Da la sensación que muchos gestores son más “propietarios” que “executive managers” de las instituciones a las que sirven.
Hay que exigir, dada la estructura de la provisión en Cataluña, que los gestores rindan cuentas ante la sociedad, demostrar la eficiencia y la calidad, más allá de poner en evidencia la insuficiencia del presupuesto, o gestionar se espaldas de los prosionales. Cuadratura del círculo, quizás, pero en este momento lo que se necesita es “hacer más con menos”, porque esta vez parece que si va en serio el mantener la sostenibilidad del sistema.
La actual situacion de efervescencia en la sanidad catalana necesita una gran dosis de complicidad entre todos actores y todos los sectores, y tengo la impresion que se esta haciendo de esta forma. Solo asi conseguiremos avanzar.
Es obvio, que yo puedo hablar, como coloquialmente se dice con la boca pequeña, porque he formado parte de este sistema, y porque fui en algunos momentos incapaz de transmitir la necesidad de “correr” a una determinada velocidad, la que nos permitían unos recursos insuficientes, y una demanda creciente, o de ejercer la suficiente autoridad para que el ritmo fuera lo suficientemente acompasado como para que la musica sonara bien. En fin, les reiterro mi recomendacion de leer el imforme, y felicito desde aqui a mis antiguos colegas de PWC, y especialmente a Ignacio por esta iniciativa.

martes, 5 de abril de 2011

La publicación hace unos días de una carta del Ministerio de Economía y hacienda al Consejero Andreu Mascollel, conminando a la Generalitat a reducir mas si cabe el déficit presupuestario para el año en curso, mostró con reiteración, pelos y señales la gravísima situación en la que nos encontramos. Una situación que afecta con especial intensidad al sistema sanitario. Los anuncios de recortes de estas ultimas semanas, de un 10% del gasto sanitario, han hecho saltar ya todas las alarmas.
La insuficiencia de los recursos económicos que sustentan nuestro sistema sanitario, no es nueva, ha sido recurrente en el tiempo y continuada. No obstante los datos que se han publicado, y las noticias de los recortes, dibujan una situación de autentico "tsunami". El déficit sanitario se inscribe en esta ocasión ademas, en una situación de crisis económica profunda y con unos escenarios de mejora inciertos y muy alejados en el tiempo, lo que no nos permite esperar que el paciente mejore sin ni ningún tipo de tratamiento radical. Diagnósticos sobre lo que nos esta pasando hay muchos, y notorios. Algunos políticos y otros técnicos.
Llevamos tiempo convocando comisiones, grupos de sabios y expertos, nuestros parlamentarios se han reunido especialmente para tratar el tema invocando un gran pacto sanitario que ni la
derecha ni la izquierda han tenido ocasión de llevar a cabo. Hace un par de días el ex ministro Jose Sebastian volvía a hablar del pacto, ahora si, fuera del ejecutivo, ya que no recuerdo que hubiera anunciado tal "anatema" cuando formaba parte del Consejo de Ministros.
Pacto la gran palabra. ¿Pacto sobre que y para hacer que?
Tenemos un sistema universal, donde la demanda es superior a la oferta por motivos sobradamente conocidos, los recursos económicos están por debajo de los costes, y el crecimiento interanual ha sido constante en los últimos años. A pesar de que aparentemente el presupuesto no ha crecido en el ultimo año, nadie sabe con exactitud el coste real, las facturas que se han dejado de contabilizar, si bien hay signos, como las listas de espera o la negación de determinados tratamientos que muestran hasta que punto estamos ante un paciente terminal que parece no tener tratamiento. En este momento se esta ya menoscabando la equidad de acceso a los servicios o la calidad de los mismos.
Es necesario pues afrontar una de la reformas mas profundas de nuestro sistema, no nueva dosis de maquillaje, sino una transformación que haga posible la sostenibilidad del sistema. Y esta transformación debe pasar por una redefinición de prioridades a nivel político, y por la implicación de la Administración y sus gestores, los profesionales, la industria que se mueve alrededor del sistema, y los ciudadanos, usuarios, pacientes.
Es obvio que esta transformación debe implicar en primer lugar a nuestros políticos, son ellos los que deben liderar en este momento esta transformación, sin pacto o con pacto. Y por eso me he referido a que es necesario que a nivel del ejecutivo se definan las prioridades que hay en su agenda. Hoy parece que la primera prioridad es controlar el déficit, generar empleo, hacer posible que la economía se mueva dentro de un nuevo modelo productivo. Ninguna objeción, sin mejora económica, no tendremos recursos públicos para dedicarlos a la sanidad. No obstante hay que analizar si los pocos recursos que tenemos hay que dedicarlos a subvencionar una industria cinematográfica con ingreso de taquilla en mínimos, o en tratamientos oncológicos. Si es ahora el momento de la creación de grandes museos y de macro espacios culturales, o hemos de intentar mantener las listas de espera a niveles razonables. Debemos dedicar recursos públicos a entidades financieras que han gestionado pésimamente recursos ajenos, sin que nadie asuma responsabilidades, o hemos de recortar los programas de prevención de detección precoz del cáncer de mama. Los ejemplos son muchos, y podrían sonar todos a populistas si no estuviéramos ante una situación que como he dicho anteriormente ya ha roto la equidad de acceso.
Esta es pues mi primera reflexión.
Me gustaría conocer cuales son las prioridades de los diferentes partidos políticos a la hora de definir un presupuesto. De manera clara y concisa, no con discursos altisonantes y ya de sobra repetidos.
Si se considera que la sanidad solo es gasto, y gasto incontrolado vamos mal. La sanidad es una pieza fundamental de redistribución de riqueza, de equidad y justicia social.
Hay que mojarse. Y seria bueno que viéramos aquí como se mueven los dos grandes partidos españoles, que hasta la fecha han luchado para ver cual de los dos ampliaba mas el catalogo de prestaciones sin considerar el impacto en los costes. Siempre he considerado que no hay dos modelos "sanitarios"en España. El PSOE o el PP no difieren mucho a la hora de definir a grandes rasgos, su modelo, y eso no tiene porque ser negativo, al contrario, existe un consejo en la forma y en el fondo, pero hay que ver ahora como es el diseño, y cual es el compromiso para mantener los principios que rigen el Sistema Nacional de Salud.
(continuara)


Enviado desde mi iPad

domingo, 3 de abril de 2011

Saludos

Hace tiempo que daba vueltas en mi cabeza la posibilidad de escribir un "blog" sobre gestión y política sanitaria. Alejado de la política activa, no de la pasiva -soy un ciudadano que vive y vota en este país, y que sigue con interés el devenir del día a día de la política, y continuando en el sector sanitario, en una posición que puede resultar "extraña, además del hecho de mi permanente interés en la gestión", y el contexto actual, que podemos calificar de "extrema gravedad", me han decidido finalmente a reflexionar en voz alta sobre estos temas. Voy a intentarlo, no se con que periodicidad, pero la voluntad está aquí.
Serán reflexiones que mezclaré obviamente con mi experiencia, que es, sino mucha, "bastante", y que se inicia en el ámbito de la gestión en 198, como Delegado del Departamento de Sanidad y Seguridad Social (hoy Departamento o Consejería de Salud) de la Generalitat de Cataluña.