domingo, 17 de julio de 2011

Apuntes biográficos, 2. Xavier Trias

En 1983 me afilie a CDC "apadrinado" por Miquel Roca y Carlos Carcolé, primo hermano de mi suegro, y una persona extraordinaria a la que aprecio mucho, así como a su esposa Teresa Batet. Fue una decisión pensada. Estaba convencido que se podían hacer muchas cosas desde la política y Convergència se adaptaba a mi manera de ser. Por aquel entonces, era más nacionalista que independentista. Siempre me he considerado una persona progresista y abierta, y socialdemócrata, pero no me veía ni en el PSOE ni en
el PSC que aunque fueran un solo partido las diferencias entre "ambas facciones" eran muy notables en aquella época. Fue a través del Comité Local que empece mis humildes pinitos en política. Y es aquí por donde quiero empezar mis apuntes biográficos, después de haber hablado del final de mi vida política en el Apunte anterior.
En 1988 fuí elegido responsable de la Sectorial de Sanidad de CDC en las comarcas de Tarragona, en sustitución de Francesc R. Duch, compañero y colega -"medico titular" en Espluga de Francolí, y en noviembre de este año fuí nombrado Delegado del Departamento de Sanidad en la demarcación de Tarragona en sustitución de Antoni Duran. Fué de la mano de Trias que hice el paso de la asistencia a la administración y a la política más activa. Trias había sido nombrado consejero en sustitución de Josep Laporte, y estaba perfilando su equipo. Nos conocíamos de la Sectorial de Sanidad y compañeros del partido en Tarragona le habían hablado de mi. Fue por una decisión de Trias que mi vida cambió por completo. No me arrepiento de haber tomado aquella decisión en la que influyó mucho Cristina, mi mujer, como ya comenté en mi primer Apunte. Estaba un poco "quemado" en el hospital y pensamos que un cambio no me iría mal, aunque ganara menos dinero.
Trabaje con Trias ocho años, ocupando diversos cargos de responsabilidad. Durante todo este tiempo, le fui conociendo y fui partícipe de muchas de las iniciativas que se llevaron a cabo en aquel periodo, y es por eso que me ha parecido oportuno hablar de el, ahora que ya es Alcalde de la ciudad de Barcelona y que durante mucho tiempo ha sido un referente en la política y en la gestión sanitaria.
Cuando conocí por primera vez a Xavier Trias en 1986, yo ejercía de nefrólogo en el Hospital Santa Tecla de Tarragona. Lo habíamos invitado para que diera una conferencia sobre sanidad como Director General de Ordenación y Planificación Sanitaria. Estábamos en pleno Plan de Reordenación Hospitalaria, y un centro como el nuestro buscaba su espacio en la ciudad y su zona de influencia, ya que existía otro hospital transferido de la Seguridad Social -el Hospital Joan XXXIII, más importante que el nuestro que necesitaba una reforma y ampliación. Trias nos tranquilizó, no íbamos a desaparecer como hospital de agudos, formaríamos parte de la XHUP, la Red Hospitalria de Utilizacion Publica. Estaba convencido de lo que decía cuando hablaba, se le notaba en su manera de exponer los planes del Departamento y de las reglas del juego que iban instaurándose para dar forma al "modelo sanitario catalán". Llevaba ya un cierto tiempo en el equipo del Conseller Josep Laporte, y se apuntaba que en su día podría ser su sustituto. 
La segunda vez que me encontré con él en privado ocupaba el cargo de Gerente del Instituto Catalan de la Salud, y le visitamos con unos compañeros de CDC para hablar del Pius Hospital de Valls. Recuerdo muy bien que no paraba de mover las manos entre las que tenía un lápiz y parecía nervioso, pero no lo estaba ni mucho menos. La situación era un poco tensa y nada nueva para Trias. El gobierno de CiU financiaba reformas de hospitales municipales y en la mayoría de ocasiones estos ayuntamientos eran de otro color, en general del PSC-PSOE y los militantes de la coalición a nivel local consideraban que esto no les favorecía. El caso de Valls era paradigmático, se iba construyendo muy despacio y nuestros compañeros estaban planteando la paralización de las obras con argumentos más que peregrinos. Era un hospital muy politizado y merece un capítulo a parte. El Pius es un fiel reflejo de la realidad del modelo sanitario catalán y de su historia. Me comprometo a dedicarle un blog particular.
Trias les convenció de que lo que planteaban era una barbaridad y que lo que tenían que hacer era "vender" la actuación del Govern y sacar partido para CiU. No les convenció, y el hospital sigiói construyendose y fué inaugurado en 1990.
Trias es lo que suele decirse una buena persona, una excelente persona y un hombre honesto. No ha sido ni es un político al uso. No es un hombre de intrigas palaciegas ni puñaladas traperas, y se mueve bien en aguas tranquilas y turbulentas. Se le notaba que disfrutaba ejerciendo de consejero, y en más de una ocasión le he oído decir que habría que pagar para ejercer un cargo de estas características, porque el trabajo era gratificante, te podías divertir haciendo lo que te gustaba: cambiar las cosas para que funcionen mejor. 
El sin duda consolidó lo que hemos venido llamando el modelo sanitario catalán a través de varias reformas, la principal: la Ley de Ordenación Sanitaria de Catalunya que hace adulto un modelo mixto de provisión, fiel a la historia que lo hizo capaz, y cercano a la ciudadanía. Esta es la pieza clave que cristaliza una serie de actuaciones previas, como el Plan de Reordenación o la creación de la Red que antes he comentado, con una idea clara de mantener la diversidad de la diferentes instituciones, y hacer posible lo que llamamos en su momento separar las funciones de financiación -que son claramente las que corresponden al Departamento, de las de provisión.
La Ley fue aprobada por una amplia mayoría en el Parlamento catalán gracias al buen hacer del Conseller, porque si hay algo que puede definir a Trias es el consenso, el pacto. Es un hombre que tiene la voluntad de buscar y rebuscar la mejor solución, de escuchar a todos, de tejer amplias complicidades que no siempre han sido entendidas. Consenso solo se consigue con el diálogo y sin partidismos, y es algo que también distingue al ahora ya Alcalde de Barcelona. Trias es un seductor, tiene amigos en todos los partidos, le respetan, y esto es fruto de su manera de hacer y de actuar, que se nota en como ejerce la política día a día o por ejemplo en algunos de sus nombramientos que nos pueden haber sorprendido pero siempre responden a una estrategia de visión amplia, de sumar más que restar. Son decisiones fruto de una visión de largo alcance.
Otra de sus características es el optimismo, Es un hombre que confía siempre en el futuro. Quizás sea este optimismo y su perseverancia lo que ha hecho posible que finalmente después de 33 años, CiU tenga la alcaldía de la capital de Catalunya. También es cierto que la lealtad y fidelidad al President Pujol, le han llevado al sitio que ahora ocupa, después de haber sido además de Consejero de Sanidad, Consejero de Presidencia y Diputado a Cortes. Es sin lugar a dudas un hombre de Pujol, pero también lo es ahora de Artur Mas.
Estoy convencido que alguna de estas características de Xavier son consecuencia de pertenecer a una familía abierta, sólida, de profundas creencias cristianas y generosa con las personas que sufren, de aqui la Fundación "Llars de la Amistat" que fundó su padre, y que ahora preside su hermano mayor. Con Puri ha sabido crear otra gran familia que le ha acompañado siempre en su andar político.
Barcelona tiene ahora un Alcalde que la ama, que la siente, que la ha vivido en su familia y en su entorno. Y lo hace con todas estas cualidades que he descrito con anterioridad. No quiero decir con esto que sus antecesores no hayan querido a la ciudad. Maragall fué un Alcalde con pasión y su impronta transformó Barcelona y la colocó en el mundo. Lo que quiero decir es que el caso de Trias para mi es distinto, es fruto de un compromiso personal que adquirió hace ocho años, y que pasaba por estar tres legislaturas en la "Casa Gran", trabajar para conseguir lo que finalmente ha sido una realifad. Aceptó ser candidato con unas condiciones, no un candidato de quita y pon, como acostumbran a hacer los partidos políticos en las grandes ciudadades, y como también había hecho CiU en Barcelona. Estoy convencido que será un gran alcalde, e imprimirá al consistorio una manera nueva de hacer política.
Hace pocos días comí con el en un pequeño restaurante detrás del Palau de la Generalitat. Estaba muy contento y eso que no era un día bueno, CiU había pérdido un concejal que recuperaría unas horas después. Tuve la sensación de estar al frente del mismo hombre que un día me ofreció ser Delegado, con el mismo brillo de ilusión en los ojos, ilusión de la persona que hhace lo que más le gusta. Estaba perfilando el equipo de gestión que le acompañará en esta legislatura, se le notaba seguro y extraordinariamente satisfecho, como aquel montañero que llega a la cima, se sienta y respira profundo, mirando a su alrededor. Atrás quedan el esfuerzo del camino hecho. Solo hay paz interior y tranquilidad. Aunque no es sin duda el mejor momento para la "política", también es cierto que necesitamos gente como Trias, políticos más vocacionales que circunstanciales. Necesitamos líderes en los que confiar. Sentirnos protegidos.
Trias ha jugado un importante papel en mi vida. Casi todo lo que se lo aprendí de el, y también de todos los colaboradores que trabajaron conmigo. Cuando en 1996 fuí nombrado Consejero por el Presidente Pujol, sin lugar a dudas Trias fue la clave. Si el no hubiera puesto mi nombre encima de la mesa, los hechos no hubieran sucedido como ocurrieron.

Eduard Rius

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